Rachel Carson, la científica que creó la ecología responsable Copiar al portapapeles
POR: Raisa Lozano
11 febrero, 2021
“[…] por primera vez en la historia del mundo, todo ser humano está ahora en contacto con productos químicos peligrosos, desde el momento de su concepción hasta su muerte… Se han encontrado en peces en remotos lagos de montaña, en lombrices enterradas en el suelo, en los huevos de los pájaros y en el propio hombre, ya que estos productos químicos están ahora almacenados en los cuerpos de la vasta mayoría de los seres humanos. Aparecen en la leche materna y probablemente en los tejidos del niño que todavía no ha nacido.”
La Naturaleza está sufriendo cambios terribles en su estructura. Durante los últimos años hemos visto la extinción de muchas especies y el desgaste del medio ambiente por la mano del hombre. Actualmente muchas personas están luchando por disminuir los cambios provocados por este fenómeno, y la conciencia de protegerla es cada vez mayor. Sin embargo, hace 50 años una joven bióloga marina llamada Rachel Carson, nacida en Springdale, Pennsylvania, en 1907, a través de su libro La Primavera Silenciosa, comenzó a hablar del deterioro del medio ambiente.
Carson fue la primera persona que denunció el efecto de los pesticidas en las vidas de las personas y sus repercusiones en la flora y fauna. Es considerada como la primera ecologista de la historia, planteando la conciencia sobre el deterioro por parte del hombre hacia el medio ambiente.
Comenzó la carrera de literatura en el Pennsylvania College for Women en Pittsburgh, pero su amor por la naturaleza la hizo cambiar la literatura por la carrera de biología. En 1932 hizo una maestría en zoología en la Universidad John Hopkins, y prosiguió con su postgrado en el Laboratorio de Biología Marina en Wood Hole, Masachusets.
Durante la gran depresión tuvo que dejar sus estudios y comenzó a escribir artículos en el Baltimore Sun y el Atlantic Monthly para poder ayudar a su familia. Su trabajo la posicionó, a los 29 años, como la segunda mujer con un puesto profesional en su oficina, llegando a ser editora en jefe después de 15 años de trabajo.
Rachel escribió varios libros y artículos como El mar que nos rodea, Under the Sea Wind, The edge of the Sea, entre otros.
Pero su libro más célebre, La Primavera Silenciosa, publicado en 1962, donde denuncia, a través de sus investigaciones, sobre el DDT y sus efectos, llegó a ser “Best Seller” durante siete meses en el New York Times. Fue de los primeros en hablar sobre ecología y gracias a él, el presidente Kennedy ordenó la investigación del tema, y el informe final fue a favor de Rachel, lo que permitió la creación de la Agencia de Protección Ambiental y prohibió ocho de los doce plaguicidas mencionados en el libro.
Durante la Segunda Guerra Mundial el DDT se usaba en Europa y el Pacifico para el control de los insectos como el mosquito de la malaria, el tifus, las pulgas y la peste. Así mismo, se usaba como un producto para el hogar y en la agricultura sin ninguna norma o tipo de regulación. Incluso el Departamento de Agricultura creó una campaña para su uso contra la hormiga roja de fuego, fumigando miles de hectáreas.
El daño causado por el DDT provocó la desaparición de muchos insectos, acumulación del químico en animales, creó toxicidad por su persistencia y extinguió diversas especies con el tiempo.
La industria agroquímica intentó impedir la edición del libro desprestigiando sus estudios e investigaciones. Puesto que era soltera, un antiguo Secretario de Agricultura llegó a escribir en una carta dirigida al Presidente Eisenhower, que luego se hizo pública, que “como no se ha casado, a pesar de ser físicamente atractiva, probablemente es comunista”. La realidad era que Rachel Carson no estaba en contra de los pesticidas o el DDT, solo pedía su uso correcto y su regulación.
Rachel popularizó que nuestra especie no es dueña de la naturaleza, sino parte de ella, como cualquier otro ser vivo.
Dos años después de la publicación de su libro le fue detectado un cáncer de mama, el cual terminó con la mastectomía radical y tras algunas complicaciones provocadas por la radioterapia murió en 1964.
En la cultura popular esta mujer y su libro nos siguen enseñando el respeto por la naturaleza, la importancia de la mujer en la ciencia y en la literatura, así como el gran impacto que puede tener en nuestra sociedad.