Recordando a Albert Einstein en su aniversario de muerte Copiar al portapapeles
POR: Deyanira Almazán
18 abril, 2024
En la madrugada del 18 de abril de 1955, Albert Einstein murió en el Hospital de Princeton, en Nueva Jersey, como resultado de un aneurisma aórtico abdominal. Einstein fue uno de los mayores pensadores del siglo XX y uno de los físicos más destacados de todos los tiempos. Sus teorías sobre la relatividad cambiaron las concepciones del tiempo, el espacio, la energía y la gravedad.
Aquí un poco de su historia:
Einstein nació en Alemania en 1879 y se convirtió en uno de los científicos más conocidos del mundo. Los logros más famosos del físico teórico incluyen su teoría general de la relatividad, su trabajo sobre la relatividad especial, y el concepto de equivalencia masa-energía expresado por la famosa ecuación E = mc ^ 2.
En 1905, Albert Einstein determinó que las leyes de la física son las mismas para todos los observadores no acelerados y que la velocidad de la luz es la misma sin importar la velocidad a la que un observador viaja. Esta fue su teoría de la relatividad especial, que introdujo un nuevo marco para toda la física en el que el espacio y el tiempo se entretejen en un solo continuo conocido como espacio-tiempo. Los eventos que ocurren al mismo tiempo para un observador pueden ocurrir en momentos diferentes para otro.
De esta teoría, Einstein deduce la famosa ecuación E = mc ^ 2, que describe la relación entre masa y energía, y ayudó al físico a llegar a la sorprendente conclusión de que la masa y la energía son intercambiables. Esta simple ecuación, que mostró que la masa puede convertirse en energía, eventualmente llevó al desarrollo de bombas atómicas y reactores nucleares.
Einstein luego pasó 10 años tratando de incluir la aceleración en la teoría y publicó su teoría de la relatividad general en 1915. En ella, determinó que la gravedad es una propiedad fundamental de la deformación del espacio-tiempo, lo que conduce a la predicción de fenómenos como la curvatura de la luz, los agujeros negros y los agujeros de gusano.
Einstein comenzó a sufrir problemas de salud en 1950, y finalmente murió de un aneurisma aórtico el 18 de abril de 1955 en el Hospital de Princeton en Nueva Jersey a la edad de 76 años.
Einstein, recibió el Premio Nobel de física en 1921 “por sus servicios a la física teórica, y especialmente por su descubrimiento de la Teoría del efecto fotoeléctrico" (es decir, no por su teoría de la relatividad); hizo algunas contribuciones esenciales al desarrollo temprano de la teoría cuántica.
Fue nombrado "Persona del Siglo" por la revista Time en 1999, la cuarta persona más admirada del siglo XX, según una encuesta Gallup de 1999, y "el mayor científico del siglo XX y “uno de los intelectos supremos de todos los tiempos" Según "Los 100: Una clasificación de las personas más influyentes en la historia" en 1978.
La travesía de su cerebro tras su muerte
A pesar de los deseos de Einstein de quemar todo su cuerpo, el doctor que condujo su autopsia, Thomas Harvey, tenía otros planes: conservó el cerebro para supuestos estudios científicos.
Después de que este acto fuera descubierto por el hijo de Einstein, Hans Albert, el Dr. Harvey convenció a Hans para que le permitiera mantener el cerebro con el fin de investigar posibles causas biológicas de la inteligencia de su padre.
Después de perder su trabajo en la Universidad de Princeton, Harvey viajó con el cerebro a la Universidad de Pennsylvania y lo diseccionó para enviar algunas partes a científicos que quisieran estudiarlo. Sin embargo, la mayor parte del cerebro lo mantuvo en dos frascos ocultos en su sótano.
¿Era distinto el cerebro de Einstein?
A pesar de las repetidas promesas de Harvey, no se publicaron estudios sobre el cerebro de Einstein hasta 1985, 30 años después de su muerte, cuando un neurocientífico de la Universidad de California, quien había recibido secciones del cerebro, publicó el primero. En este primer estudio, se afirmaba que Einstein tenía una proporción anormal de dos tipos de células, neuronas y glía.
Los estudios que le siguieron informaron sobre diferencias adicionales en células individuales o en estructuras particulares del cerebro, como un surco adicional en el lóbulo frontal, la parte del cerebro asociada con la memoria y la planificación, entre otras cosas. Sin embargo, a pesar de estas diferencias fisiológicas, no está claro qué hizo que Einstein fuera tan brillante.
La forma del cerebro varía de persona a persona, por lo que las diferencias encontradas en el cerebro de Einstein podrían haber sido simplemente una variabilidad de rutina, factor que ningún estudio hasta el momento ha abordado.
A pesar de ser robado para “fines científicos” el cerebro de Einstein no ha arrojado ningún descubrimiento profundo sobre lo que podría predisponer a una persona a la inteligencia, por lo que no nos queda más que seguir admirando, profundizando y complementando el enorme legado que el genio Albert Einstein nos dejó.