Revelando los secretos del meteorito que acabó con los dinosaurios Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
4 agosto, 2015
Hace 65.5 millones de años, cuando México no era México, un meteorito de más de diez kilómetros de diámetro cayó sobre lo que hoy es la Península de Yucatán, provocando el famoso cráter de Chicxulub. Más del 50% de las especies del planeta desaparecieron, entre ellas, los dinosaurios.
Ahora, los científicos planean realizar una perforación de unos 1,500 metros por debajo de la superficie del cráter de Chicxulub para recuperar rocas del fondo marino y analizarlas.
El equipo de investigadores del proyecto, conformado por 30 especialistas en diversas disciplinas de distintos países, se reunió en Mérida para comenzar los preparativos del proyecto, cuyo comienzo está programado para la primavera del 2016.
El Dr. en Geofísica Jaime Urrutia Facugauchi, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y uno de los líderes del proyecto, explica que con este proyecto se busca averiguar más de cómo se fue restableciendo la vida en el planeta después de aquel cataclismo; así como investigar cambios climáticos a través de los tiempos; estudiar cómo se forma un cráter de anillos concéntricos -una estructura que en la Tierra sólo presenta el cráter de Yucatán pero que es común en la Luna y en Marte- y también conocer con precisión detalles del propio impacto, por ejemplo la velocidad a la que la gran masa cósmica chocó con la Tierra y el efecto que tuvo en el clima y en la vida terrestre.
Historia del descubrimiento
La historia del descubrimiento del cráter de Chicxulub se remonta a los años 50, cuando la empresa Petróleos Mexicanos (PEMEX) comenzó a realizar perforaciones en la península de Yucatán buscando petróleo. En su lugar se detectó una anomalía geofísica: una estructura semicircular de unos 200 kilómetros de diámetro.
Posteriormente en los años 70, ingenieros de PEMEX analizaron las rocas extraídas y lanzaron la hipótesis de que podía ser un enorme campo volcánico o un “cráter de impacto”. No fue sino hasta 1992, cuando varios científicos de varios países investigaron la edad del cráter de Chicxulub y confirmaron que era un cráter de impacto de 65 millones de años. Estas investigaciones, que abarcaron distintos campos como la Geofísica, Geoquímica, Paleontología y la Mineralogía, confirmaron que se trataba del cráter que había terminado con los dinosaurios.
Después de millones de años de erosión y sedimentación no hay rastros visibles del cráter. Lo único que se destaca en el paisaje es un anillo gigantesco de cenotes en la parte más al sur del cráter, que se formaron en sus orillas a causa del hundimiento y la erosión. La parte norte del cráter yace en el mar, pues hace 65 millones de años, toda la península estaba sumergida unos cien metros en el agua.
¿Por qué ahora?
De acuerdo al Dr. Sean Gulick, del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, durante los 20 años que lleva el cráter de ser descubierto, ha proporcionado una oportunidad científica notable. Por primera vez, los científicos tienen imágenes del subsuelo de la parte marina del cráter, para que puedan identificar un lugar para el muestreo. Escogieron un anillo montañoso que está cerca de la zona centro del cráter.
Mediante el muestreo, los investigadores pueden obtener una imagen más clara de procesos biológicos y geológicos antiguos.
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Fuentes: El país, Revista UNAM ¿Cómo Ves? , LiveScience