Un enorme agujero negro ha sido expulsado de su núcleo galáctico tras una colisión cósmica Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Por: Antonio Medina
Los agujeros negros supermasivos son simplemente agujeros negros con una masa de millones, o miles de millones de soles. Cuerpos celestes que tienen una fuerza de gravedad tan grande que absorben toda la materia que se encuentre cerca: planetas, asteroides, estrellas e incluso la luz, que viaja a 300 mil kilómetros por segundo, es devorada por la gran fuerza de estos cuerpos.
Se piensa que en el centro de todas las galaxias se encuentra un agujero negro supermasivo. Estos cuerpos tienen una fuerza gravitacional que debe respetarse y temerse, pero hay uno en específico que debe ser tomado mucho más en serio.
Recientemente, por medio del telescopio Hubble, un grupo de científicos observó un quasar brillante - la firma energética de un agujero negro activo- en una galaxia conocida como 3C186, que se encuentra a 8 mil millones de años luz de nosotros.
Pero este agujero es especial, pues no reside en el centro, sino a 35,000 años luz del centro de su galaxia, más lejos que lo que la Tierra y el Sol están del núcleo de la Vía Láctea. Además, de acuerdo a los científicos, el agujero se está alejando de su galaxia a una velocidad de 7.6 millones de km por hora, lo suficientemente rápido para que escape por completo de ella en 20 millones de años.
Lo realmente fascinante de este agujero negro es que a pesar de tener un peso de mil millones de soles, ha podido salir disparado del centro de su galaxia y deambular por el espacio. Lo que causa más intriga entre la comunidad científica es la fuerza que ha podido impulsar a este gigante.
La hipótesis más aceptada es que el agujero negro fue expulsado debido a las ondas gravitacionales. Estas podrían ser explicadas como las ondas de círculos concéntricos que se forman al arrojar una piedra a un estanque, pero con una fuerza exponencialmente mayor. Hace 100 años, Albert Einstein definió estas ondas gravitacionales como: “Ondulaciones fruto de los eventos más catastróficos del Universo”.
Estas ondas gravitacionales, que habrían empujado al agujero negro, probablemente fueron causadas por una fusión entre dos galaxias. Mediante el telescopio Hubble, los científicos pudieron observar características llamadas colas de marea, algo así como arcos alargados causados por la fuerza gravitacional liberada cuando dos galaxias colisionan.
Sobre la base de esta observación y el trabajo teórico, el equipo piensa que todo comenzó con la colisión de dos galaxias hace entre 1,000 y 2,000 millones de años, dando origen a la actual 3C186. Los agujeros negros de estas dos galaxias se habrían convertido en uno sólo con la fuerza suficiente para salir de su centro.
Como los dos agujeros negros no tenían la misma masa y velocidad de rotación, emitieron ondas gravitacionales más fuerte hacia una dirección. Cuando los dos agujeros negros finalmente se fusionaron, la emisión anisotrópica de las ondas gravitacionales generó una fuerza suficiente para que el agujero negro saliera disparado fuera del centro galáctico.
Debido a que los agujeros negros son imposibles de observar porque absorben todo, incluso la luz, los investigadores tienen que buscar signos que les revelen la existencia de un agujero negro.
En este caso, el Telescopio Espacial Hubble detectó un cuásar, fuertes radiaciones electromagnéticas que acompañan a un agujero negro y que por su irradiación de luz, permiten descubrir a estos cuerpos.
Los estudios posteriores revelaron por medio de rayos x y luz ultravioleta, que en efecto este cuerpo vagaba de forma solitaria por el espacio. De continuar haciéndolo, este agujero negro supermasivo podría cambiar muchas de las cosas que hoy en día conocemos acerca de nuestro universo.
¿Llegará algún día a nuestro vecindario cósmico? No hay manera de saber de qué es capaz este fugitivo, pero al menos podemos sentirnos aliviados con el hecho de que estaremos muy lejos si esto llegara a ocurrir.