Un fósil con forma de taco ofrece pistas sobre la evolución de las mandíbulas Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
25 julio, 2024
Hace 500 millones de años, un artrópodo con forma de taco recorría los océanos. Los restos fosilizados de este ser que vivió durante el periodo Cámbrico ofrecen pistas sobre la forma en que evolucionaron las mandíbulas.
El fósil pertenece al Museo Real de Ontario (ROM). El nombre de la especie es Odaraia y un grupo de paleontólogos lo estudiaron recientemente.
Las mandíbulas de Odaraia
Odaraia fue un animal marino que vivió durante el periodo Cámbrico. El ROM conserva restos fósiles de esta especie. Un detalle que resalta en ellos es que poseen mandíbulas.
Se les descubrió hace más de cien años en Burgess Shale, parte del Parque Nacional Yoho. Ahí se conservan ecosistemas marinos complejos como parte del Sitio de Patrimonio Mundial de las Montañas Rocosas Canadienses.
Estos fósiles revelan información valiosa sobre la evolución temprana y la diversificación biológica. Como parte de los ecosistemas que ahí se conservan se encuentra Odaraia alata.
Los investigadores identificaron un par de apéndices grandes de bordes dentados con agarre cerca de la boca. Esto es un indicio de la presencia de mandíbulas. Esto lleva a la conclusión de que Odaraia fue uno de los primeros miembros del grupo de animales con mandíbulas.
Otro detalle importante que encontraron apareció cuando analizaron más de 30 pares de piernas. Encontraron un sistema complejo de espinas pequeñas y largas. De acuerdo con los investigadores, estas espinas pudieron participar en la captura de presas funcionando como una red de pesca.
Este hallazgo sugiere que Odaraia no se mantenía fijo en el fondo marino sino que exploraba la columna de agua sobre él, este sería el inicio de su futuro éxito ecológico.
“El escudo de la cabeza de Odaraia envuelve prácticamente la mitad de su cuerpo incluyendo sus piernas, casi como si estuviera encerrado en un tubo. Investigadores anteriores habían sugerido que esta forma habría permitido a Odaraia reunir su presa, pero el mecanismo de captura nos había eludido, hasta ahora”, aclara al medio digital EurekAlert! Alejandro Izquierdo-López, quien aparece como primer firmante del estudio.
“Odaraia había sido bellamente descrito en la década de 1980, pero dado el limitado número de fósiles en ese momento y su forma extraña, dos preguntas importantes habían quedado sin respuesta: ¿Es realmente la mandíbula? ¿Y de qué se alimentaba?”, agrega Izquierdo-López, quien estudiaba su doctorado en la Universidad de Toronto durante la investigación y ahora trabaja en el ROM.
De acuerdo con los investigadores, Odaraia fue parte de una comunidad de animales grandes que pudieron ser capaces de migrar desde el fondo marino, donde estaban los ecosistemas que habitaban, hasta las capas superiores de la columna de agua. Este tipo de comunidades enriqueció la columna de agua y permitió que surgieran ecosistemas más complejos.
Durante el período Cámbrico se registró la mayor divergencia entre grupos animales que surgieron hace más de 500 millones de años. En este periodo aparecieron características nuevas en los seres vivos como ojos, piernas y conchas.
Esta diversidad de formas de vida también incluyó a los mandibulados, que son uno de los grupos más numerosos entre los artrópodos. Los artrópodos son animales con extremidades articuladas.
Actualmente los animales con mandíbulas son más de la mitad de las especies que pueblan la Tierra. Existen en todos los ambientes y son de todos los tamaños. Sin embargo, en sus inicios eran seres marinos, la mayoría con cabezas acorazadas.
Odaraia representa apenas una parte de los restos fósiles que se encuentran en Burgess Shale, en la Columbia Británica. El Museo Real de Ontario tiene la mayor colección de fósiles del Cámbrico a nivel mundial. Al norte de nuestro continente se encuentra el mayor depósito de fósiles de aquella época en que los animales comenzaban a tomar las formas que son familiares para nosotros.