Un fósil de tortuga de 57 millones de años revela detalles del pasado sudamericano Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
27 abril, 2024
En el municipio de Socha en Boyacá, en Colombia, se encontraron fósiles de tortugas gigantes de hace 57 millones de años. Estos animales que vivieron durante el Paleoceno y el Eoceno medían un metro y medio de largo.
Pertenecen a la especie Puentemys mushaisaensis, que se conocía únicamente en la Mina de Carbón el Cerrejón, ubicada en la Guajira, cerca de la frontera norte con Venezuela. Los resultados se publicaron en la revista de la Asociación Paleontológica Argentina PeAPA.
Una tortuga de hace 57 millones de años
Actualmente los ecosistemas que se encuentran en Boyacá y en la Guajira son muy distintos. Sin embargo, el hallazgo de los fósiles de este tipo de tortugas hace pensar que entre el Paleoceno y el Eoceno las condiciones eran distintas.
Además de las tortugas se han encontrado fósiles de otras especies de vertebrados que hacen pensar que no existían barreras geográficas entre estas dos regiones. Esto permite imaginar un ecosistema más amplio en aquella época, lo que ahora es una región costera se conectaba con regiones continentales internas.
Esto permitió que existiera un corredor para la fauna que facilitaba la migración, de acuerdo con Edwin Cadena. Él es profesor en la Facultad de Ciencias Naturales en la Universidad del Rosario, en Colombia. Cadena también explica que las condiciones climáticas más cálidas ayudaron al desarrollo de reptiles y anfibios de gran tamaño.
El grupo de tortugas Bothremydidae es uno de los más diversos de cuello lateral. Se extendieron ampliamente durante el Cretácico y parte del Paleógeno. Los registros sudamericanos son limitados.
Previamente se conocían algunas especies distribuídas de forma aislada. Puentemys mushaisaensis se había encontrado en la Guajira. Hay restos de Inaechelys pernambucensis en Brasil del Paleoceno. Hay registros de Motelomama olssoni en el Eoceno temprano en el Perú.
Los fósiles encontrados en Boyacá consisten en dos caparazones de P. mushaisaensis y varios huesos aislados. Los períodos a los que pertenecen estos restos son el Paleoceno superior y el Eoceno inferior.
Se recurrió a la datación U-Pb de circones detríticos de dos niveles. Las edades máximas de deposición que se estiman son 56.83±0.04 millones de años y 57.2±0.5 millones de años. Esto se calculó a partir del intervalo de areniscas guía de la formación.
La nueva ubicación donde se encontraron fósiles de esta tortuga gigante está a una distancia considerable. Socha y Cerrejón están separadas por al menos 500 kilómetros. Esto es un indicio de una distribución biogeográfica más amplia de lo que se creía previamente.
Quedan muchos detalles para visualizar el pasado de Sudamérica; sin embargo, este descubrimiento ayuda a conocer algunos detalles que habían pasado por alto. Alguna vez los grandes reptiles y anfibios recorrieron libremente grandes extensiones de lo que ahora es el sur de nuestro continente.