¿Un mundo sin abejas? Copiar al portapapeles
POR: Deyanira Almazán
17 agosto, 2021
Es común adjudicar esta frase a Albert Einstein, pero la realidad es que parece que Einstein nunca dijo algo así. Y aunque los supuestos 4 años tampoco pueden atribuirse a ninguna fuente científica, al menos esta cita famosa (y falsa) sirve como un recordatorio del importante papel de las abejas en un contexto que es bastante preocupante: la disminución masiva de las poblaciones de abejas debido a una enfermedad conocida como “Trastorno de colapso de colonias” (CCD por sus siglas en ingles), cuyas causas y soluciones aún se están investigando.
¿Por qué son importantes las abejas?
Un planeta sin polinización sería en un mundo sin plantas, sin oxígeno, sin alimentos y por ende sin humanos. El 75% de los cultivos del mundo de frutas o semillas dependen de la polinización, y las abejas son uno de los principales polinizadores.
Se cree que aproximadamente una tercera parte de lo que comemos (como árboles frutales, bayas y hortalizas) lo polinizan las abejas. Así que perder a estos insectos tumbaría la base de nuestro sistema alimenticio y amenazaría nuestra supervivencia.
Otra preocupación de perder las abejas viene por el lado económico, pues gracias al desastre alimenticio a nivel global, los precios de los alimentos se verían fuertemente afectados.
Por si esto fuera poco, las abejas son objeto de estudios científicos que han descubierto asombrosas capacidades en un cerebro de medio milímetro con menos de un millón de neuronas: reconocen rostros humanos, codifican datos espacio-temporales en su vuelo y manejan conceptos matemáticos como la suma, la resta e incluso el concepto del cero.
¿Qué está pasando con las abejas?
Desde finales del siglo XX, un descenso importante en el número de abejas comenzó a detectarse en varios países. En el 2007, los medios internacionales hablaban de que en Estados Unidos, los apicultores habían perdido entre el 30% y el 90% de sus colmenas, y esto llevó a la definición del “Trastorno de colapso de colonias” (CCD), una enfermedad que parecía estar afectando a esta especie en todo el mundo y para la cual surgieron múltiples causas posibles: neonicotinoides (una familia de insecticidas), plagas, hongos, bacterias, virus, estrés ambiental, desnutrición, baja diversidad genética y destrucción de su hábitat por el cambio climático, entre otros.
Aún se están estudiando las contribuciones de cada una de estas causas, pero muchos países ya han tomado medidas severas como la prohibición del uso de los neonicotinoides en la Unión Europea.
¿Es un fenómeno generalizado?
Los expertos consideran que este trastorno puede deberse a distintos factores que varían por regiones e incluso en el tiempo. Algunos expertos creen incluso que el término CCD puede estar generalizando y alarmando un problema que se ha registrado en Estados Unidos, Europa Occidental y algunas partes de Asia, pero que podría no deberse a lo mismo, ni compartir los síntomas y/o consecuencias en otros lugares del mundo.
Si bien en estas regiones se ha visto una reducción importante en el número de abejas, la apicultura a nivel mundial ha aumentado en un 45% en las últimas cinco décadas. Además, la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU., revela que la desaparición de las abejas ha disminuído sustancialmente en los últimos cinco años, lo que ha llevado a muchos expertos a cuestionar si existe una tendencia sostenida.
Lo anterior no significa que no podamos hacer cosas por proteger a las abejas. Desde la prohibición de neonicotinoides o buscar nuevos medicamentos contra infecciones o bacterias, hasta usar pesticidas amigables y plantar flores con néctar en nuestro jardín, son algunas de las acciones que ayudarán a proteger y preservar esta especie que hace mucho por nosotros.