Un pulso fugaz, un misterio cósmico: ¿recibimos un mensaje desde otro universo? Copiar al portapapeles
POR: Deyanira Almazán
16 octubre, 2025
En mayo de 2019, los observatorios LIGO y Virgo captaron una señal que todavía hoy genera debate. Se bautizó como GW190521 y duró menos de una décima de segundo, un parpadeo en la escala cósmica.
A diferencia de la mayoría de las fusiones de agujeros negros, que suelen producir un “canto” en forma de chirrido largo y creciente, esta señal apareció y desapareció de golpe, sin la fase típica de acercamiento que los científicos esperaban.
El hallazgo fue tan extraño que desde el inicio se abrieron múltiples interpretaciones para tratar de explicarlo.
El enigma de GW190521
Según el análisis inicial, lo que se detectó fue la fusión de dos agujeros negros de aproximadamente 85 y 66 veces la masa del Sol, que dieron origen a un objeto intermedio de unas 142 masas solares.
Esa simple conclusión ya era sorprendente: se trataba de uno de los primeros candidatos confirmados de un agujero negro de masa intermedia, un rango que la teoría clásica de evolución estelar considera muy difícil de alcanzar. Sin embargo, la naturaleza abrupta del pulso siguió siendo un enigma y abrió la puerta a hipótesis alternativas que van más allá de la astrofísica convencional.
¿Un eco desde otro universo?
Un grupo de investigadores de la Academia de Ciencias de China acaba de publicar un estudio con una idea tan provocadora como fascinante. Proponen que lo que registramos en 2019 no fue únicamente una fusión, sino el eco de un evento ocurrido en otro universo.
Según esta teoría, la colisión de dos agujeros negros extremadamente masivos podría haber generado de manera transitoria un agujero de gusano, un túnel que conecta dos regiones diferentes del espacio-tiempo. Ese túnel, inestable por naturaleza, habría colapsado rápidamente, pero no sin antes dejar escapar un fragmento de la señal de ondas gravitacionales, que terminó llegando hasta nuestros detectores como un pulso breve e inesperado.
Los investigadores compararon esta hipótesis con el modelo estándar de fusión de agujeros negros utilizando métodos estadísticos. Los datos aún favorecen la explicación convencional, aunque no con la contundencia suficiente para descartar la alternativa del agujero de gusano. En otras palabras, la hipótesis de un eco interuniversal sigue sobre la mesa.
Entre la ciencia y la especulación
La posibilidad de que GW190521 sea un eco proveniente de otro universo es tan alucinante como incierta. La idea aún no ha pasado por la revisión por pares y requiere condiciones exóticas para que los agujeros de gusano puedan existir y ser transitables.
Por ahora, lo más prudente es reconocer que la interpretación más simple —una colisión directa— sigue siendo la explicación más aceptada. Sin embargo, lo que vuelve valiosa esta propuesta es que nos recuerda lo mucho que desconocemos sobre la naturaleza del espacio-tiempo y lo abierto que está el camino para explorar escenarios más audaces.
Si algún día se confirmara que este pulso fue la primera huella de un agujero de gusano, estaríamos frente a un descubrimiento capaz de transformar nuestra visión del cosmos. Implicaría que los túneles en el espacio-tiempo son reales y que, por primera vez en la historia, la humanidad habría detectado un mensaje fugaz proveniente de un universo paralelo.
Fuentes:
Is GW190521 a gravitational wave echo of wormhole remnant from another universe?” — Qi Lai et al., preprint en arXiv. arXiv+1
ScienceAlert — “Unusual Gravitational Wave May Be Sign of Wormhole Linking Universes” — artículo de divulgación que resume la propuesta y debate científico. ScienceAlert
Popular Mechanics — “Scientists Think This Mysterious Signal May Have Come Through a Wormhole” — artículo que contextualiza para un público general y explica implicaciones.