¿Un ratón con corazón humano? Japón aprueba primeros experimentos de embriones humano-animal Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
2 agosto, 2019
Los trasplantes de órganos son un tema complicado. Tan sólo en México 21,500 personas se mantienen en lista de espera para recibir un órgano. Una de las alternativas que se han propuesto en las últimas décadas es usar órganos de animales; sin embargo, la posibilidad de que un órgano completamente animal sea aceptado es diminuta. En marzo de este año Japón cambió su legislación para aceptar la experimentación de células madre humanas en embriones animales. En agosto podría aprobarse el primer proyecto en que se buscará aumentar las posibilidades de compatibilidad.
Tácticas para evitar el rechazo
La historia de los trasplantes es una larga lista de rechazos y trucos para evitarlos. No se trata únicamente de insertar un órgano nuevo, adherirlo y esperar que funcione. El cuerpo que recibe se resistirá al reconocer que hay algo extraño y lo tratará como se si fuera una enfermedad o algo similar. Quienes hayan vivido de cerca un trasplante, ya sea en carne propia o a través de un ser querido, recordarán la medicación que sigue a la intervención quirúrgica; la idea básica es detener al sistema inmune para que no rechace al órgano.
Entre seres de la misma especie ya es difícil pero cuando el intento incluye a seres no humanos el asunto se complica. Para que el órgano sea aceptado por el receptor tendría que llevar información genética muy parecida. Una de las soluciones que se han planteado en años recientes es desarrollar embriones de animales con un ligero toque humano. Aunque los experimentos ya se han realizado antes, nunca se ha concluído el proceso.
En marzo de este año el Ministerio de Educación y Ciencia japonés modificó sus pautas para el desarrollo de embriones humano-animales. El primer proyecto beneficiado por estas nuevas reglas es el que dirige Hiromitsu Nakauchi quien forma parte de las universidades de Tokio (Japón) y Stanford (Estados Unidos). Lo que se busca en este caso es desarrollar embriones de animales, inicialmente ratones, con células madre humanas e implantarlos en madres animales sustitutas.
El proyecto consta de 3 etapas. Inicialmente se probará la inserción de células madre humanas en ratones antes de los 14.5 días a partir de la gestación; en este momento los órganos se encuentran en formación y el cuerpo del animal está casi terminado. La siguiente etapa consistirá en insertar las células madre en ratas a los 15.5 días. El punto cumbre será al hacer pruebas en cerdos a partir de los 70 días. Desde hace años se ha tenido en la mira a los cerdos por la similitud de sus órganos con los humanos.
¿Animales-humanos?
El objetivo de Nakauchi son los órganos; sin embargo, los efectos secundarios ya son tema de discusión. Al insertar células madre humanas en animales se crearía un ser que no pertenece a ninguna de las especies. Algunos bioeticistas comienzan a considerar la posibilidad de que las células madre no se queden únicamente en el órgano sobre el que se injertan, sino que afecten el desarrollo cognitivo del nuevo ser.
El investigador japonés defiende su experimento por tratarse de algo muy específico. “Estamos intentando dirigir la generación del órgano, las células irán únicamente al páncreas”, menciona Nakauchi. Por la descripción que se hace del experimento queda claro que no se busca crear un híbrido, sino un animal con información genética compatible con la humana. Así, después de un largo proceso de experimentación, se obtendrían órganos animales con la posibilidad de ser aceptados por un organismo humano.
Las soluciones a la alta demanda de órganos son muchas. En los últimos años la disposición a donar órganos ha mejorado. Actualmente 7 de cada 10 mexicanos están a favor de la donación de órganos; sin embargo, el que se esté a favor del procedimiento no soluciona el problema. Para que un órgano sea aceptado tiene una larga lista de requerimientos: condiciones adecuadas para la donación al momento de extraer, conservación correcta, compatibilidad con el receptor y un largo etcétera. Criar animales compatibles para extraer sus órganos e injertarlos es una de entre muchas alternativas y ya hay una nación dispuesta a probarla. Ahora sigue un largo proceso de experimentación y discusión pública sobre las consecuencias éticas.