Una amplia investigación produce un mapa de vegetación de la Antártida Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
8 agosto, 2024
Muchas áreas de la Antártida no habían sido exploradas en términos de su vegetación. Un estudio publicado recientemente en Nature Geosciences ofrece información que será útil para la conservación de estas especies.
La vegetación de la Antártida se compone básicamente de musgos, líquenes y algas. Los datos que arroja la investigación permiten comprender cómo están respondiendo al cambio climático.
La vegetación de un continente congelado
El medioambiente antártico es severo con cualquier forma de vida. Los líquenes y musgos se han adaptado para sobrevivir en el ambiente polar. Cada una de las especies juega un papel importante en los ciclos de carbón y nutrientes a nivel local.
Los datos sobre su distribución y abundancia no se conocían con precisión hasta ahora. Para obtenerlos se recurrió a satélites y observaciones de campo durante varios veranos.
Se detectaron casi 45 kilómetros cuadrados de vegetación, como referencia, las ruinas arqueológicas de Teotihuacán abarcan 50 kilómetros cuadrados. De acuerdo con el estudio, casi el 80% de la vegetación que crece en la Antártica se ubica en la Península Antártica y sus islas vecinas.
“Nuestro mapa a escala continental proporciona información clave sobre la presencia de vegetación en áreas que rara vez son visitadas por las personas. Esto tendrá profundas implicaciones para nuestra comprensión de dónde se encuentra la vegetación en el continente y qué factores influyen en esta distribución”, explica en un comunicado Charlotte Walshaw.
Walshaw es investigadora doctoral de la Escuela de Geociencias en la Universidad de Edimburgo. Ella aparece como primera firmante en el estudio.
“Este estudio es un paso importante para ayudarnos a comprender y cuantificar la vegetación de la Antártida”, comenta el profesor Peter Convey del Estudio Británico de la Antártida (BAS).
“Obtener esta imagen completa es un logro significativo, dada la escasa naturaleza de la vida vegetal en la Antártida y los desafíos prácticos que plantea realizar estudios exhaustivos del suelo en este continente aislado”, agrega Convey, quien participó en el estudio.
El grupo de investigadores considera que el crecimiento de la vegetación que se reportó representa apenas el 0.12% del área libre de hielo en la Antártida. Esto resalta la importancia de monitorear áreas clave con vegetación abundante. El actual sistema Especial de Áreas Antárticas Protegidas no es suficiente para darles seguimiento, de acuerdo con los investigadores.
“La obtención de un mapa preciso de la vida fotosintética del continente nos proporciona una base para evaluar los cambios futuros”, señala Peter Fretwell quien es experto en SIG y teledetección del BAS.
“A medida que el continente se calienta y el hielo se derrite, esperamos que las áreas de afloramiento rocoso se expandan, y la vegetación colonice más terreno. Este nuevo mapa nos permite controlar estas consecuencias del cambio climático”, agrega Fretwell, quien también participó en el estudio.
En estudios previos se ha demostrado lo sensibles que pueden ser las especies vegetales de la Antártida. Esto las convierte en barómetros excepcionales sobre los cambios en el clima regional.
El monitoreo de especies vegetales en la Antártida puede ofrecer pistas sobre cómo responderá la vegetación similar a los cambios en el clima de otras partes del mundo. Cualquier pequeña alteración permitirá reconocer los efectos en otros ecosistemas frágiles como el Ártico.
En la investigación participaron distintas instituciones. Entre ellas están la Universidad de Edimburgo, el Instituto Noruego de Investigación Natural, el Estudio Británico de la Antártida y la Asociación Escocesa para Ciencia Marina. Además, se recurrió a satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA).