Una máscara peruana de hace mil años contenía sangre en la pintura Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
28 octubre, 2021
Sicán fue una sociedad previa a los incas en Perú. A principios de la década de los 90 un equipo de arqueólogos encontró una cámara mortuoria. Dentro de ella estaba un hombre de élite que llevaba una máscara. Casi tres décadas después, un análisis de la pintura de la máscara muestra algunos de los materiales con los que fue fabricado, entre ellos sangre humana. Se cree que la pintura de la máscara representaba la “fuerza vital”.
Una serie de proteínas para conocer el pasado
Sicán fue una cultura que existió en la región que hoy abarca la costa norte del Perú. Se desarrolló entre los siglos IX y XIV de la era común. La máscara que fue motivo de análisis pertenece al Sicán Medio, que va del año 900 al 1,100 de la era común. En aquella época se produjo una gran cantidad de objetos de oro, muchos de ellos terminaron en tumbas de los miembros de las clases altas.
Lo que encontraron los investigadores que rescataron la máscara fue la tumba de un hombre de élite. El protagonista estaba sentado boca abajo. Su cuerpo estaba cubierto de rojo brillante. La máscara que cubría su cráneo que ya estaba desprendido para el momento del descubrimiento se cubría de la misma pintura. Junto a este hombre se encontraron los esqueletos de dos mujeres, una en posición de parto y la otra representando a una partera. Dos esqueletos de niños agachados se ubicaban en un nivel superior.
En el momento del descubrimiento se reconocieron algunas características del pigmento. Desde entonces se reconoció una pintura entre rojo escarlata y café a base de sulfuro de mercurio. Había también material orgánico que funcionó como aglutinante pero se mantuvo sin revisión por varias décadas. Un grupo de investigadores, en su mayoría de la Universidad de Oxford, decidió analizar las muestras de este color en la máscara.
Se tomó una pequeña muestra de pintura de la máscara. Se realizó un análisis de espectroscopía infrarroja transformada de Fourier (FTIR). Esta prueba mostró que había proteínas en la pintura. Con este dato se procedió a realizar un análisis proteómico recurriendo a la espectrometría de masas en Tándem. Los resultados apuntan a dos orígenes para esas proteínas.
En el pigmento se reconocieron rastros de sangre humana y huevo. Se encontraron seis proteínas presentes en la sangre humana. Además, el pigmento incluía inmunoglobulina G, que es un tipo de anticuerpo sérico humano. Finalmente, había albúmina sérica y otras proteínas como ovoalbúmina, que provienen de la clara del huevo.
El estado del material que se analizó no permitió detectar a la especie de ave a la que pertenecía el huevo. Entre los candidatos que se mencionan está el pato real. Por su parte, la presencia de sangre humana permite crear algunas hipótesis sobre el significado de la tumba y los elementos que la conforman.
Se sospecha que los esqueletos representan un renacimiento. Esta sería una forma de despedida del líder Sicán, que auguraba su regreso a la vida. La pintura con que se cubría su cuerpo y la máscara que portaba sería un símbolo de la “fuerza vital”, de acuerdo con los investigadores. La forma en que los antiguos americanos veían a la muerte tiene aún varios misterios por revelar. Una pintura roja despertó la curiosidad de un grupo de investigadores y ahora sabemos que en el norte de Perú alguna vez se usó sangre humana para cubrir a los cadáveres de los personajes importantes.
Fuente: ACS Publications