18 de agosto: Día Mundial de la Prevención de Incendios Forestales Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
18 agosto, 2025
Una llamada global para proteger nuestros bosques, antes de que sea demasiado tarde.
Cada 18 de agosto se conmemora el Día Mundial de la Prevención de Incendios Forestales, una jornada para reflexionar sobre una de las amenazas más destructivas ,y evitables, que enfrentan los ecosistemas del planeta.
Los incendios forestales han existido siempre como parte de los ciclos naturales. Pero en las últimas décadas, el cambio climático, la expansión de zonas urbanas hacia áreas naturales y las actividades humanas irresponsables han convertido estos eventos en catástrofes cada vez más frecuentes, intensas y difíciles de controlar.
¿Por qué importa este día?
Aunque no ha sido declarado oficialmente por organismos como la ONU, esta fecha ha sido adoptada por organizaciones ambientales y medios especializados como una oportunidad para generar conciencia sobre la prevención, la detección oportuna y la gestión de riesgos relacionados con el fuego en áreas naturales.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, el 90% de los incendios forestales son causados por actividades humanas, como fogatas mal apagadas, quema de basura, colillas mal tiradas o incluso vandalismo.
Y sus efectos van mucho más allá de la pérdida de árboles:
- Se liberan toneladas de gases de efecto invernadero, agravando el calentamiento global.
- Se destruyen hábitats, poniendo en peligro a miles de especies.
- Se erosiona el suelo y se altera el ciclo del agua.
- Se ponen en riesgo vidas humanas, viviendas, cultivos y medios de subsistencia.
Incendios más frecuentes y más peligrosos
El panorama es claro: los incendios ya no son fenómenos aislados o estacionales. En países como México, Chile, España, Brasil o Canadá, los veranos recientes han estado marcados por temporadas de incendios más largas, más severas y menos previsibles.
El fuego se comporta de forma distinta debido al clima extremo:
- Hay más olas de calor y menos lluvias.
- El aire caliente puede retener más vapor de agua, lo que seca más rápido la vegetación.
- Los incendios se propagan más rápido y son más difíciles de contener.
¿Cómo se puede prevenir?
La prevención es la única forma eficaz de combatir esta amenaza. Y para lograrlo, se necesita un enfoque combinado entre gobiernos, comunidades, sector privado y ciudadanía.
La Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) propone cinco medidas clave:
- Gestión forestal activa: reducir el material inflamable mediante podas, quemas controladas o pastoreo planificado.
- Urbanismo resiliente: diseñar viviendas y comunidades que consideren el riesgo de incendios forestales.
- Sistemas de alerta temprana: aprovechar tecnologías como satélites para detectar focos de calor rápidamente.
- Educación comunitaria: formar a la población sobre prácticas seguras, rutas de evacuación y denuncia de riesgos.
- Incluir a los más vulnerables: asegurar que adultos mayores, niños, personas con discapacidad y comunidades rurales estén integradas en la planificación y protección.
¿Y tú, qué puedes hacer?
Aunque la responsabilidad mayor recae en las autoridades y en la planificación territorial, como ciudadanas y ciudadanos también podemos ayudar:
- No hagas fogatas en zonas naturales, ni uses pirotecnia cerca del campo.
- Evita tirar colillas, cerillos o basura en bosques, pastizales o laderas.
- Si vives cerca de un área forestal, mantén tu terreno limpio de material inflamable.
- Reporta cualquier incendio o columna de humo al 911 o a Protección Civil.
- Participa en campañas comunitarias de limpieza o reforestación.
Proteger los bosques es proteger el futuro
Los incendios forestales no son solamente una amenaza para los árboles: lo son para el agua que bebemos, el aire que respiramos y la biodiversidad que sostiene nuestra vida.
Cada árbol que se quema nos acerca un poco más al colapso ecológico. Cada incendio que se evita, nos da una oportunidad más de conservar el planeta que compartimos.
Este 18 de agosto, hagamos del fuego una advertencia, no una tragedia.