2019 tuvo el agujero de ozono más pequeño desde la década de los 80 Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
12 noviembre, 2019
El agujero en la capa de ozono sobre el polo sur ha sido uno de los íconos de la lucha por la defensa del medio ambiente. Algo que no siempre tenemos en mente es que su tamaño es variable. Cada año se forma durante el mes de agosto, crece hasta su punto máximo en octubre y entre noviembre y diciembre se cierra. Este año ha tenido el menor tamaño registrado y según los pronósticos se cerrará antes de lo acostumbrado. Aunque parezca un logro anticipado, no se trata de una victoria definitiva.
Un año de condiciones particulares
El monitoreo del agujero de ozono sobre el hemisferio sur proviene de la misión Sentinel-5P de Copernicus. Forma parte del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS). Estos datos se procesan en el Centro Aeroespacial Alemán y este año indican que el cierre se dará antes de lo normal.
Podría parecer que se trata del fin de una larga batalla contra el deterioro del ambiente pero hay que tomar precauciones antes de cantar victoria. Claus Zehner, responsable de la misión Centinel-5P comenta: “Este agujero tan pequeño, que ha batido récords en cuanto a tamaño y duración en 2019, se debe al calentamiento de la estratosfera sobre el polo sur”. Ante las interpretaciones optimistas agrega: “No obstante, es importante señalar que se trata de un evento inusual y que no indica que la recuperación del ozono global se esté acelerando”.
¿Qué pasa entonces en el polo sur? Durante este año la estratosfera polar ha sido más cálida que en los anteriores. Esto provoca que los campos de viento alrededor del polo sur (lo que se conoce como vórtice polar), vayan más lento. Con esto se forman menos “nubes estratosféricas polares”. Sin estas nubes, son menos las reacciones químicas que aceleran la pérdida del ozono.
Normalmente el momento de mayor tamaño para los agujeros de ozono es el mes de octubre; sin embargo, en 2019, para finales de agosto su crecimiento empezó a detenerse. “El tamaño máximo del agujero de ozono este año fue de unos diez millones de kilómetros cuadrados, menos de la mitad de lo que al agujero solía alcanzar en las últimas décadas. Así, se trata de uno de los agujeros más pequeños desde los años ochenta. Los pronósticos de ozono del CAMS prevén que el agujero se cerrará en una semana”, comentó Antje Inness, científica senior del CAMS.
Un escudo natural
La capa de ozono es importante por su capacidad para proteger al planeta ante la radiación solar. La radiación ultravioleta se asocia a pedecimientos como el cáncer de piel y las cataratas. Una de las funciones de la capa de ozono es evitar que estos rayos entren a la atmósfera y afecten a los seres vivos.
El combate al agujero de ozono comenzó hace varias décadas. Durante la década de los 70 y 80 se uso clorofluorocarbonos con insistencia; se encontraban en aerosoles y refrigeradores. Desde 1987, cuando se redactó el Protocolo de Montreal se han tomado medidas a nivel mundial para reducir el uso de clorofluorocarbonos. Hay resultados; la Evaluación científica del agotamiento de la capa de ozono 2018 muestra una recuperación de entre 1% y 3% por década desde el año 2000. De seguir a este ritmo, para el año 2030 el hemisferio norte se habrá recuperado, el hemisferio sur lo hará para 2050 y las regiones polares lo conseguirán en 2060.
Aún falta mucho para declarar la victoria contra el agujero de Ozono. Vincent Henri Peuch, director del CAMS menciona que “aún llevará varias décadas”. Si bien, tuvimos un año con un agujero de ozono pequeño y breve, esto “no indica que la capa de ozono se esté recuperando más rápido de lo esperado”. El monitoreo y sobre todo el seguimiento de las acciones para evitar que continúe deteriorándose harán que en unas décadas la capa de ozono vuelva a ser como antes de los clorofluorocarbonos.