76 años del físico más popular de nuestra época Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Por: Luis Moctezuma
El 8 de enero Stephen Hawking llegó a los 76 años. Este hombre ha encontrado la forma de inspirar a diversos públicos desde su silla de ruedas y aún se mantiene estudiando el universo. Se le considera tan popular como Albert Einstein y sobre él es posible encontrar todo tipo de documentos: libros, documentales, superproducciones de Hollywood y apariciones en series cómicas. Esta presencia tan poco común de un científico en la cultura popular hace imprescindible recordar cómo este hombre llegó a ocupar un lugar tan importante.
La imagen popular de Stephen Hawking es la de un hombre incapaz de mover su cuerpo ni de hablar. Así se le muestra en series de televisión como The Big Bang Theory o The Simpsons; sin embargo, no siempre fue así. Su estado físico fue el normal para un joven hasta que a los 21 años se le diagnosticó esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Este padecimiento redujo su movilidad progresivamente.
Un cuerpo débil y una mente ágil, esa es una de las características que más destacan en este hombre. Antes de tener una motricidad limitada Stephen Hawking ya estaba interesado en las ciencias; sin embargo, fue después de saber que su vida sería complicada y difícil de sostener cuando recibió el impulso que le faltaba. Poco después del diagnóstico, en 1965 se casó con Jane Wilde, y esto le dio “una razón para vivir”. De ahí en adelante se dedicó a su análisis del universo con mayor intensidad.
Aunque su biobliografía es extensa, la popularidad de este hombre llegó cuando ya tenía una trayectoria amplia en el mundo de la física teórica. Desde 1970 había comenzado su trabajo en el tema que marcaría su vida: los agujeros negros. Aunque la idea de estos espacios ajenos a las leyes de la física como las conocemos existía desde tres décadas antes, no se le había tomado muy en serio. Gracias al estudio de los agujeros negros es posible comprender las condiciones en que debió ocurrir el Big Bang.
Un agujero negro no es exactamente un hueco sin color en el espacio. Se había especulado antes sobre la posibilidad de singularidades en el universo, espacios donde incluso la luz no sería capaz de escapar por la enorme gravedad y el tamaño diminuto; y este ha sido el gran tema de Stephen Hawking. Incluso existe un concepto que se le adjudica: la radiación de Hawking. Los agujeros negros, además de ser un punto muy pequeño en el espacio con una fuerza gravitacional enorme de la que nada podría escapar, también debían brillar.
La formula exacta para aumentar lectores de ciencia fue no usar ecuaciones. Breve historia del tiempo (1988) llegó a convertirse en best seller por 4 años consecutivos. Gran parte del éxito, como explica el mismo Hawking, radica en que no quería asustar al lector con expresiones matemáticas. A cambio de esto hizo una descripción muy detallada sobre la historia del universo y cómo el conocimiento de los agujeros negros nos ayuda a comprender el inicio de todo lo que conocemos. Para ese momento ya era el Hawking que reconocemos hoy en día, con silla de ruedas y voz artificial.
La pérdida de la voz vino años después de la inmovilidad. En 1985 tras una intervención médica para detener una neumonía perdió la voz. Desde entonces comenzó a usar el sintetizador de voz que le da ese tono particular que lo caracteriza. Con la tecnología actual podría mejorar la calidad de su expresión pero el sonido de ese sintetizador es ya parte de la personalidad de Hawking. A pesar de las complicaciones físicas continuó su trabajo teórico y, en parte, gracias a ellas consiguió la empatía e interés de un gran público.
El trabajo más ambicioso de Stephen Hawking ha sido el intento por crear una teoría que unifique a la relatividad general con la mecánica cuántica. Las leyes para el macrouniverso y para las partículas subatómicas aún parecen alejadas y una parte considerable del trabajo de este personaje ha consistido en buscar la forma de hilvanarlas. Aún estamos lejos de conocer una teoría unificada, pero las posibilidades siguen barajándose en la mente de Hawking. Una de sus alternativas más recientes es la teoría M que se sustenta en la creencia de un universo basado en cuerdas que vibran y no en dimensiones, algo así como la piel de una naranja llena de rugosidades y surcos.
En años recientes algunas publicaciones han resaltado sus comentarios sobre vida extraterrestre. Aunque no es su tema de investigación, sí es algo sobre el que ha reflexionado y que ha dado pie a titulares en distintos espacios. Para Hawking las posibilidades de vida fuera de nuestro planeta son reales aunque “el verdadero desafío es imaginar cómo serán exactamente [los extraterrestres]”. Aún como catedrático jubilado sigue imaginando las posibilidades de nuestro universo y todos aquellos que pudieran converger con él.
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Fuentes: