Nicolás Copérnico: El visionario que redefinió el universo Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
24 mayo, 2023
Nicolás Copérnico fue un astrónomo polaco que murió el 24 de mayo de 1543. Casi 5 siglos después de dejar este mundo se le sigue considerando uno de los precursores de una de las grandes revoluciones científicas.
En el momento de su muerte era un personaje con cierto reconocimiento. Su libro “Sobre los giros de los cuerpos celestes” comenzaba a circular y sus contemporáneos difícilmente imaginaron el alcance de sus ideas.
Una nueva ubicación para el centro del universo
En 1473, el año en que nació Copérnico, la idea dominante sobre la forma del universo era un sistema geocéntrico. Con base en las ideas de Aristóteles (384 a 322 antes de la era común) y de Claudio Ptolomeo (100 a 170 de la era común), se aceptaba en Europa la idea de un universo que giraba alrededor de la Tierra. Copérnico fue una pieza clave para cambiar esta idea.
El 19 de febrero de 1473 nació Nicolás Copérnico en Toruń, entonces parte de Prusia y ahora perteneciente a Polonia. Su padre fue comerciante y vivió hasta los 10 años de Nicolás. Entonces el niño fue adoptado por su tío materno Lucas Watzelrode, quien más tarde sería obispo de Warmia.
Podría esperarse que siguiera el camino eclesiástico y si bien, gran parte de su vida se mantuvo cerca de la iglesia, no secundó a su tío. En 1491 ingresó a la Universidad de Cracovia para estudiar astronomía. En 1496 pasó a la Universidad de Bolonia, en Italia, para estudiar derecho canónico.
Su historial académico incluye a otras instituciones. Estudió también en la Universidad Jagellónica, de Padua y de Ferrara. Sus estudios incluyeron medicina, matemáticas, filosofía e historia. Fue en Bolonia donde realizó sus estudios de astrología, que se consideran el inicio de su interés por los cuerpos celestes.
Del cielo de Aristóteles al cielo de Copérnico
En la antigüedad Aristóteles propuso un cielo basado en esferas. Los planetas se movían de manera uniforme entre esas esferas alrededor del centro que estaba fijado por la Tierra. Un problema con esta forma de ver el universo es que no explicaba los cambios en el brillo de los cuerpos celestes (indicios de su acercamiento o alejamiento).
Algunos siglos después, Claudio Ptolomeo propuso distintos tipos de órbitas. Esto incluía a las órbitas circulares propias conocidas como epiciclo, una órbita mayor alrededor de la Tierra llamada deferente. En este modelo había un punto ligeramente alejado del centro que formaba la órbita ecuante.
Al combinar las propuestas de Aristóteles y Ptolomeo surgían problemas para explicar la forma en que se mueven los cuerpos celestes. Al combinar a las esferas concéntricas aristotélicas y las órbitas en diferentes niveles ptolemaicas surgía la consecuencia de que los planetas se tambalean. Si estos modelos fueran reales y coexistieran habría colisiones inminentes a causa de esa inestabilidad.
Era necesario un modelo más simple y Copérnico lo encontró cambiando el orden de los cuerpos celestes. La Tierra no estaría al centro del universo, sino que se trataba de un planeta girando alrededor del Sol como los demás. Así era posible explicar que los planetas con una órbita dentro de la terrestre (Mercurio y Venus) mostraran un comportamiento distinto a los que están fuera de ella (Marte, Júpiter y Saturno).
El trabajo de Copérnico se basó más en propuestas anteriores a él. En vida realizó pocas observaciones (alrededor de 50). Aún no existía el telescopio galileano y la forma de estudiar a los astros era remitirse a los tratados previamente existentes.
La hipótesis del Sol como centro del sistema solar y la Tierra como uno de sus planetas que formuló Copérnico tenía muchos detalles por mejorar. Por ejemplo, creía que las órbitas eran circulares, más tarde Johannes Kepler demostraría que se trata de elipses.
Copérnico comenzó un camino que seguirían otros científicos como Kepler, Galileo o Newton. En los siglos que siguieron, el mundo occidental comenzó a comprender la forma en que se mueven los cuerpos celestes.
Esto llevó a un cambio radical en la forma de comprender la existencia humana, ya que la Tierra no es el centro del universo y en consecuencia, el ser humano no es el ser dominante de ese universo. Para algunos aún es difícil de comprender ese cambio en la forma de ver el universo que Copérnico comenzó a cambiar hace casi medio milenio.