El VLT observa a un cuásar que rompe récords Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
20 febrero, 2024
Desde el Observatorio Austral Europeo (ESO, por sus siglas en inglés) se ha reconocido al objeto más brillante que jamás se ha observado. Se trata de un cuásar que además de superar a los de su tipo, excede todo lo que se ha visto antes.
Los cuásares son núcleos brillantes de galaxias lejanas. Su energía la obtienen de agujeros negros supermasivos y el de este cuásar supera todo lo que se conocía previamente.
Una dieta de un Sol diario
El nombre que se le dio al cuásar es J0529-4351. Se le observó desde el Very Large Telescope (VLT), que en español sería Telescopio Muy Grande. El VLT forma parte del ESO y se ubica en el desierto de Atacama en Chile.
Los agujeros negros que dan energía a los cuásares recogen materia de su entorno. Este proceso libera grandes cantidades de energía y como consecuencia se emite mucha luz.
Los cuásares están entre los objetos más brillantes del cielo. Una característica de estos objetos es que los más brillantes cuentan con agujeros negros supermasivos con un crecimiento muy rápido.
“Hemos descubierto el agujero negro de más rápido crecimiento conocido hasta la fecha”, relata en un comunicado Christian Wolf. Él es astrónomo de la Universidad Nacional de Australia (ANU) y aparece como primer firmante del estudio publicado por la revista científica Nature Astronomy.
“Tiene una masa de 17,000 millones de soles y come poco más de un Sol por día. Esto lo convierte en el objeto más luminoso del universo conocido”, Agrega Wolf.
J0529-4351 se ubica a 12,000 millones de años luz. La materia que atrae el agujero negro que le da energía produce una luz equivalente a 500 billones de veces la luz del Sol.
“Toda esta luz proviene de un disco de acreción caliente que mide siete años luz de diámetro. Debe ser el disco de acreción más grande del universo”, menciona Samuel Lai, quien participó en el estudio y cursa un doctorado en la ANU. Como referencia, 7 años luz equivalen a 15,000 veces la distancia entre el Sol y Neptuno.
A pesar de su gran brillo, este cuásar había pasado desapercibido. Aparece en imágenes del Schmidt Southern Sky Survey del ESO. Fueron obtenidas en 1980 pero este objeto se reconoció como cuásar hasta varias décadas después.
Para encontrar cuásares se requieren datos observacionales precisos sobre grandes áreas del cielo. Se obtienen tantos datos que es muy común que se recurra a máquinas de aprendizaje automático (machine-learning) que los analizan y definen dónde es posible encontrar un cuásar.
Una de las limitaciones de este sistema es que para reconocer a un cuásar se recurre a datos existentes. Es posible que al encontrar un cuasar, el programa computacional lo descarte porque no coincide con los parámetros con que fue entrenado. Si fuera muy brillante, como en este caso, podría confundirlo con una estrella.
J0529-4351 había aparecido antes entre los datos del satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA). Sin embargo, el análisis del sistema automatizado lo clasificó como estrella por ser muy brillante.
El año pasado un grupo de investigadores en el Observatorio Siding Spring en Australia lo vieron a través del telescopio ANU de 2,3 metros. Reconocieron que se trataba de un cuásar pero el telescopio no era lo suficientemente preciso.
Por eso se recurrió al VLT que es de mayor tamaño y capacidad. Se usó el espectrógrafo X-Shooter que permitió obtener datos de ran importancia para confirmar que se trata de un cuásar.
Todavía faltan más observaciones de este cuásar. El agujero negro de crecimiento más rápido que se conoce hasta ahora será un objetivo ideal para el instrumento GRAVITY+ una vez que se actualice. Está instalado en el interferómetro del VLT (VLTI) y está diseñado para medir la masa de los agujeros negros con precisión.
El Extremely Large Telescope (ELT) o Telescopio Extremadamente Grande del ESO aún está en construcción. Sin embargo, será otro dispositivo ideal para observar objetos similares a J0529-4351 que pasan desapercibidos para observatorios de menor capacidad. Con su lente de 39 metros será capaz de mostrar el universo con detalles hasta ahora inimaginados.