Datos satelitales confirman una caída abrupta en los niveles de agua dulce en el mundo Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
16 noviembre, 2024
Los satélites del Experimento de Recuperación de Gravedad y Clima (GRACE, por sus siglas en inglés) miden las fluctuaciones mensuales en la gravedad de la Tierra. Con datos de este programa se confirmó que los niveles de agua dulce en el planeta han decaído considerablemente.
El punto de partida en esta caída es 2014. De acuerdo con los investigadores que participaron en el estudio, esto sugiere que los continentes han entrado en una fase de sequía persistente.
Un planeta con menos agua dulce
Los resultados del estudio se publicaron en la revista científica Surveys in Geophysics. La medición sobre la cantidad de agua dulce se realizó tanto en cuerpos superficiales como ríos y lagos como en acuíferos subterráneos.
De acuerdo con los datos satelitales, entre 2015 y 2023 los niveles de agua dulce en el planeta fueron 1,200 kilómetros cúbicos menores al promedio entre 2002 y 2014. Matthew Rodell, quien es hidrólogo en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), compara las pérdidas con el doble del volumen del lago Erie (ubicado entre Estados Unidos y Canadá).
Las causas de la reducción en el volumen de agua dulce son varias. Por una parte las sequías se han intensificado en las últimas décadas. Además, la agricultura de riego continúa expandiéndose. Tanto las ciudades como el campo dependen cada vez más de los depósitos subterráneos de agua, lo que provoca un ciclo de disminución en los depósitos hídricos.
Aunque los depósitos subterráneos se abastecen con la caída de lluvia y nieve, la extracción es cada vez mayor. Eso evita que se recuperen completamente. De acuerdo con un reporte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicado en 2024, la disminución del agua dulce disponible puede llevar a conflictos, hambruna, pobreza y un incremento en el riesgo de muerte por consumo de agua contaminada.
De acuerdo con los datos, la disminución de los niveles de agua dulce comenzó con sequías masivas al norte y centro de Brasil. Después le siguió una serie de grandes sequías en Australasia, Sudamérica, Sudamérica, Norteamérica, Europa y África.
Por otro lado, el evento “El Niño” que ocurrió entre finales de 2014 y 2016 fue uno de los mayores desde 1950. Promovió cambios en las corrientes de chorro atmosféricas en todo el mundo. Incluso después que ha terminado este evento meteorológico, el volumen de agua dulce no se ha recuperado.
De acuerdo con las observaciones satelitales, 13 de las 30 sequías más intensas que ha registrado GRACE han ocurrido desde 2015. De acuerdo con Rodell y sus colaboradores, el calentamiento global ha contribuido al agotamiento permanente del agua dulce.
Con el calentamiento global se conserva más vapor de agua en la atmósfera. Esto produce precipitaciones más extremas, de acuerdo con Michael Bosilovich, quien es meteorólogo en el Centro de Vuelo Espacial Goddard.
Aparentemente el volumen promedio de lluvia y nieve no cambia significativamente pero los periodos entre temporadas de lluvia son más largos. Así, el suelo se compacta. Como consecuencia, se absorbe menos agua cuando llueve.
“Las temperaturas altas aumentan tanto la evaporación del agua desde la superficie a la atmósfera como la capacidad de retención de agua de la atmósfera, aumentando la frecuencia e intensidad de las condiciones de sequía”, explica en un comunicado Bosilovich.
Los últimos nueve años han sido los más cálidos de los que se tiene registro. Por ahora no es posible afirmar que hay una correlación entre la disminución del agua dulce y el aumento en la temperatura. Sin embargo, Rodell señala que no le parece una coincidencia y menciona que puede ser un “presagio de lo que viene”.