¿Qué hay dentro de la Luna? Ahora lo sabemos con certeza Copiar al portapapeles
POR: Deyanira Almazán
22 julio, 2025
Durante décadas, la humanidad ha tenido una relación cercana con la Luna. La hemos admirado, estudiado, pisado… pero aún guardaba secretos bien enterrados. Uno de los mayores misterios era qué había en su interior. ¿Un núcleo sólido? ¿Líquido? ¿Ambos? Hasta hace poco, las respuestas eran inciertas. Pero un nuevo estudio acaba de resolver este enigma: la Luna tiene un núcleo interno sólido, muy parecido al de la Tierra.
Un corazón metálico en nuestro satélite
Un equipo internacional de científicos liderado por el geofísico Arthur Briaud, del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS), analizó una enorme cantidad de datos sísmicos, gravitacionales y de rotación lunar. Su objetivo: reconstruir una imagen precisa del interior lunar, algo así como hacerle una resonancia magnética a la Luna.
Y lo que encontraron fue revelador: en el centro de la Luna hay un núcleo sólido, con una densidad de aproximadamente 7,800 kg/m³, una cifra muy similar a la del hierro. Este núcleo sólido está rodeado por una capa líquida, lo que confirma que, al igual que la Tierra, la Luna tiene un núcleo diferenciado: sólido por dentro, líquido por fuera.
¿Por qué es tan importante este hallazgo?
Confirmar la estructura interna de la Luna no es solo una curiosidad científica. Es una pieza clave del rompecabezas sobre cómo se formó y evolucionó nuestro satélite natural. Saber que tiene un núcleo sólido ayuda a explicar por qué la Luna alguna vez tuvo un campo magnético.
Sí, aunque hoy la Luna no tiene un campo magnético global, en el pasado fue muy activo, tan fuerte como el de la Tierra actual. Este magnetismo dejó huellas en rocas lunares recolectadas por las misiones Apolo. Pero para generar un campo magnético, un planeta o luna necesita tener un núcleo en movimiento. Este movimiento se da cuando hay diferencias de temperatura y estado entre las capas del núcleo —por ejemplo, entre una parte líquida y una sólida— lo que genera corrientes que producen el campo.
La confirmación de un núcleo sólido respalda esta teoría: en algún momento, el núcleo líquido de la Luna se agitó lo suficiente, con ayuda del núcleo interno, para generar un poderoso campo magnético.
Técnicamente hablando…
Para llegar a estas conclusiones, los científicos utilizaron un enfoque llamado inversión numérica, una técnica que combina muchos tipos de datos (como la forma en que la Luna se mueve, cómo se deforman sus capas internas, o cómo responde a la atracción gravitacional de la Tierra) para construir modelos detallados del interior lunar.
Entre los datos analizados están:
- Las variaciones en la rotación lunar, que revelan pistas sobre lo que hay en su interior.
- La gravedad lunar, estudiada mediante satélites que orbitan la Luna.
- Y la reinterpretación de antiguos datos sísmicos obtenidos durante las misiones Apolo.
Una Luna más activa de lo que parece
Además de confirmar el núcleo sólido, el estudio también apoya la idea de que la Luna sufrió un proceso llamado "reorganización del manto" (mantle overturn en inglés). Esto significa que, en algún momento, el material más denso del interior de la Luna se hundió hacia el núcleo, mientras que el material más ligero subió hacia la superficie.
Este proceso ayuda a explicar por qué encontramos ciertos elementos químicos y minerales en lugares específicos de la Luna, y por qué su actividad volcánica fue tan intensa en el pasado.
¿Qué sigue?
Aunque parezca que lo sabemos todo sobre la Luna, lo cierto es que aún tiene muchos secretos guardados bajo su superficie. Este nuevo hallazgo no solo nos acerca a entenderla mejor, sino que también tiene implicaciones para el estudio de otros cuerpos del sistema solar.
Cada vez que revelamos una capa más de la historia lunar, también aprendemos más sobre la Tierra… y sobre nosotros mismos.