Hipocampo: la enigmática y recién descubierta luna de Neptuno Copiar al portapapeles
POR: ChemaTierra
28 mayo, 2019
Por: Luis Moctezuma
En la mitología griega los hipocampos eran el símbolo de Poseidón, dios del mar. De estas figuras mitológicas se tomó el nombre del que ahora es oficialmente el satélite número 14 de Neptuno, el último planeta del sistema solar que toma su nombre del dios romano equivalente a Poseidón. Es un objeto tan pequeño que se requirió una estudio minucioso para confirmar de qué se trataba.
Un satélite escondido
Neptuno es un planeta alejado de la Tierra. Entre los dos planetas hay más de 4 mil millones de kilómetros de distancia. Encontrar un objeto pequeño que orbita a nuestro vecino gaseoso cada 23 horas no es una tarea fácil. Incluso los viajeros espaciales que nos habían informado de sus primeras lunas conocidas pasaron por alto a Hipocampo.
En 1989 la Voyager 2 envió información de 6 satélites interiores de Neptuno. Estos son los que se encuentran entre Tritón, el mayor de ellos, y el planeta al que orbitan. La diferencia de tamaño entre Hipocampo y sus compañeros es considerable. Mientras que Tritón tiene un diámetro de 2,706 kilómetros, el de este nuevo satélite es de apenas 35 kilómetros.
La explicación que se tiene sobre el origen de Tritón es que surgió por una colisión en Proteo, el satélite más cercano a Hipocampo. Incluso existe un cráter en Proteo que se cree es de donde salió Hipocampo; su diámetro es de 230 kilómetros. La historia que se tiene por ahora es la siguiente: Tritón, un planeta enano del cinturón de Kuiper, se acercó demasiado a Neptuno hace 4 mil millones de años, quedó atrapado por su gravedad y junto con este cambio vino una serie de colisiones que separó a Hipocampo de Proteo y dejó como cicatriz a ese enorme cráter.
Antes de aquel evento Neptuno era un planeta con anillos y lunas previamente formados. Después de la colisión que atrajo a Tritón se reconfiguró. Algunos satélites y parte de los anillos se conservaron, aparecieron nuevos y desaparecieron otros. Fue por una observación de estos anillos actuales que se descubrió a Hipocampo.
Una figura difícil de reconocer desde el Hubble
Fue hasta 2013 que se reconoció con la tecnología adecuada. Algunos años después, el 20 de febrero de 2019 apareció publicado el artículo en que se describe a “la Séptima luna interior de Neptuno”. Los resultados aparecen en la revista científica Nature. Los autores de este documento son: M. R. Showalter del Instituto SETI, I. de Pater del Departamento de Astronomía de la Universidad de California, J.J. Lissauer del Centro de Investigación Ames de la NASA y R. S. French del Instituto SETI.
Lo que se observaba cuando se encontró a Hipocampo eran los anillos de Neptuno. El director de la investigación trabaja para un instituto famoso por la búsqueda de vida extraterrestre pero en esta ocasión el objetivo era aquello que rodea al último planeta del sistema solar. Incluso desde el telescopio espacial Hubble era difícil reconocer al satélite.
Se recurrió a una técnica útil para rastrear otros cuerpos pequeños en el sistema solar o incluso exoplanetas. Se aplicó un algoritmo que acomodó los pixeles en la zona donde se sospechaba que había un objeto nuevo. Después se realizó una simulación de exposición más prolongada por parte del Hubble y apareció Hipocampo, reconocible entre las estrellas de fondo. Los resultados son los que se habrían obtenido si el telescopio espacial se mantuviera por más tiempo observando esa región del espacio.
Nuestro vecindario estelar tiene un nuevo integrante conocido. Al igual que los hipocampos mitológicos se mantiene cerca del dios marino, aunque en este caso se trata de un planeta gaseoso y no líquido. La técnica que ayudó a reconocerlo será útil en futuras investigaciones para seguir descubriendo nuevos cuerpos pequeños en el espacio.