Este domingo despegó el primer cohete comercial impulsado por biocombustible Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
1 febrero, 2021
La industria aeroespacial se abre cada vez más a la industria privada. Una de las ventajas que esto trae es que se exploran nuevas formas de viajar al espacio, y esta vez fue el turno de probar un combustible amigable con el medio ambiente. En el despegue de prueba del cohete “Stardust 1.0” se usó un combustible sólido que promete ser neutral en carbono, no tóxico y se puede conseguir a bajo costo en las granjas estadounidenses. Este primer lanzamiento tuvo algunos inconvenientes pero finalmente consiguió su objetivo.
La tercera es la vencida en el camino al espacio
El domingo 31 de enero de 2021 fue la fecha elegida para el lanzamiento de Stardust 1.0. Este proyecto pertenece a la compañía bluShift Aerospace. El lugar de despegue fue el Centro de Comercio Loring en Limestone, Maine, al norte de la costa este de Estados Unidos. Las condiciones de despegue complicaron el lanzamiento en los primeros intentos.
La primera prueba estaba programada para el 14 de enero. Una alerta sobre mal clima detuvo ese primer intento. El siguiente domingo una válvula oxidante tuvo un problema con la presión y evitó nuevamente el lanzamiento, aún cuando el combustible sólido ya estaba encendiendo. La prueba de lanzamiento se transmitía por internet y después de 90 minutos se dio el aviso sobre la cancelación.
Finalmente, el 31 de enero el cohete logró despegar desde su riel de soporte. Stardust 1.0 se elevó 1,219 metros. Después soltó un paracaídas que le ayudó a volver a tierra de forma segura. Fue recuperado por dos niñas y sus padres con ayuda de una motonieve. Sascha Deri, CEO de bluShift informó que estos vehículos se entregaron a voluntarios con el objetivo de recuperar el vehículo.
La primera carga consistió en un cubesat con una cámara GoPro construído por estudiantes de la preparatoria Falmouth, también llevó un radiotransmisor con sensores, un experimento del Laboratorio de Investigación Kellogg’s de Nashua (New Hampshire) que probará el efecto nitinol en el amortiguador de vibraciones (un objeto formado por una aleación de níquel y titanio en la que se probará la memoria para recobrar su forma). También llevaba consigo una carga simbólica: un cubesat que contenía galletas de estilo wafer alemanas, esto en honor a la compañía matriz de la empresa aeroespacial que tiene sede en Alemania.
Esta fue la primera prueba para un combustible que en el futuro impulsará cohetes de mayor capacidad. Los siguientes prototipos llevan el nombre de Stardust 2.0, posteriormente seguirá uno llamado Starless Rouge. El objetivo final es conseguir que los cohetes de esta compañía sean capaces de llevar una carga de hasta 30 kilogramos. Incluso el costo por peso ya está establecido: 60 mil dólares por kilogramo.
“Queremos ser el Uber del espacio y proveer un verdadero servicio de nano-lanzamientos para nanosatélites”, informó Sascha Deri. El próximo lanzamiento está planeado para finales de este año, así que por el momento habrá que esperar para ver si realmente lo consiguen. Mientras tanto, la propuesta de un lanzamiento espacial utilizando biocombustible es posible.
“Usa una burbuja de óxido nitroso que se oxida”, explicó Deri. El Motor de Cohete Modular Adaptable para Lanzamiento de Vehículos (MAREVL) es la propuesta de la compañía bluShift. Su desarrollo, así como el del biocombustible que usa para despegar aún no termina pero es una señal alentadora en un momento en que cada vez son más los cargamentos que salen al espacio, y los contaminantes que se emiten para que lleguen a su destino.