Científicos extraen ADN de insectos atrapados en ámbar por primera vez Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
30 septiembre, 2020
La propuesta de obtener ADN de insectos que quedaron atrapados en una resina tiene ya varias décadas. Muchos crecimos con la historia de John Hammond explicando orgulloso cómo se extrajo material genético de dinosaurios a partir de insectos conservados en ámbar para poblar la isla Nublar y convertirla en el Parque Jurásico, pero esto es ciencia ficción. A través de técnicas genómicas se ha obtenido ADN de materiales como huesos, dientes, insectos fosilizados o chicle; sin embargo, los cuerpos conservados en resinas como ámbar hasta ahora se mantenían fuera de la lista. Recientemente la revista científica PLOS ONE publicó un artículo que reporta la obtención de ADN de insectos conservados en ámbar.
Un primer paso en la investigación genética en ámbar
Un detalle que se omite en Jurassica Park es que el material genético se contamina al contacto con el ambiente. Para su estudio, el equipo de investigadores dirigido por David Peris y Kathrin Janssen, usaron material que tiene poco tiempo dentro del ámbar. Se recurrió a dos muestras de Coleoptera: Curculionidae, también conocidos como escarabajos de la ambrosía, parte de la familia de los coleópteros hervíboros.
Las muestras tenían 2 y 6 años de antigüedad. Su origen es la isla de Madagascar. Los escarabajos se conservaron en resina de una planta de la familia de las leguminosas llamada Hymenaea verrucosa. La técnica que utilizaron ya mostró que funciona en muestras recientes y en futuras investigaciones podrá probarse en otras más antiguas.
Apenas se trata de un primer paso. Sobre la referencia cinematográfica y lo que las personas pueden imaginar con esta investigación, la Doctora Mónica Solórzano-Kraemer, del Instituto de Investigación Senckenberg, quien participó en la investigación, aclara: “no tenemos la intención de criar dinosaurios”, acompañada de risas. “Más bien, nuestro estudio actual se estructura como un intento por determinar cuánto tiempo puede preservarse el ADN de insectos atrapados en materiales resinosos”, agrega.
El método que utilizaron se llama de reacción en cadena de polimerasa. El objetivo de la investigación fue confirmar si el ADN de los insectos se conserva. En estudios anteriores se ha intentado hacer análisis genéticos en material conservado por millones e incluso cientos de años sin éxito. El medio ambiente actual modifica considerablemente la información e incluso ha llegado a destruirla. Hasta ahora, esa era la razón para descartar al material conservado en ámbar para análisis genéticos.
“Ahora estamos capacitados para mostrar por primera vez que, a pesar de ser muy frágil, el ADN se conserva en nuestras muestras. Esto nos lleva a la conclusión de que es posible estudiar el genoma de organismos incrustados en resina”, explica Solórzano-Kraemer. El siguiente paso es probar el mismo método con muestras cada vez más antiguas. Por ahora no se sabe cuánto tiempo se puede conservar la información genética dentro de la resina y hay que explorar esos límites.
“Nuestros experimentos muestran que el agua en las inclusiones se conserva por más tiempo del que se asumía previamente. Esto puede afectar a la estabilidad del material genético. La extracción funcional de ADN de ámbar de varios millones de años es más bien improbable”, comenta Solórzano-Kraemer.
El camino para conseguir el sueño de John Hammond y los fanáticos de Jurassic Park aún es terreno de ciencia ficción. Por ahora ya tenemos la primera muestra de ADN extraída exitosamente de un organismo atrapado en ámbar. Los escarabajos que se estudiaron quedaron atrapados apenas hace unos años. Ahora sigue un largo proceso de estudiar muestras cada vez más antiguas.