Describen a un nuevo predador Cretácico que habitó Argentina Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
5 mayo, 2022
Durante el Cretácico, los actuales territorios del hemisferio sur fueron el hogar de los megaraptores. Recientemente, la revista Scientific Reports de Nature publicó un artículo en que se describe a Maip, un nuevo integrante de este grupo. Medía entre 9 y 10 metros de largo, pesaba alrededor de 5 toneladas, se sostenía en dos patas y tenía una columna vertebral formada por vértebras de gran tamaño. A diferencia de otros fósiles, en el de Maip es posible reconocer la forma que tuvieron los tejidos blandos.
Un asesino frío
El nombre de Maip “proviene de un ser maligno de la mitología Tehuelche el cual habita en la cordillera y mata usando el frío”, explica Mauro Aranciaga Rolando, quien es becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet) y participó en la investigación. También explica que este ser prehistórico fue encontrado al sur de El Calafate, desde donde es visible la cordillera de los Andes en donde se alcanzan temperaturas muy bajas.
Los tehuelches, aonikenk o patagones habitan la Patagonia. Para ellos “Maip representa la sombra que deja la muerte a su paso”, según explica Aranciaga Rolando. “Nosotros imaginamos que, durante el Cretácico, este gran depredador con su enorme tamaño habría provocado algo similar”, agrega el especialista. Una de las características que más resalta de esta especie es su gran cavidad torácica de 1.4 metros en la parte más ancha.
Los restos fósiles se encontraron en condiciones privilegiadas. Las vértebras y costillas de Maip muestran rugosidades y estrías en sus regiones articulares. Lo anterior permitió reconstruir los ligamentos que estuvieron ahí en vida. Este tipo de información no siempre se conserva en las especies extintas. Maip ofrece la ventaja de conocer la forma que tuvieron sus partes blandas que no se conservan como músculos y ligamentos.
Maip fue encontrado en la Estancia La Anita, al sur de la localidad de El Calafate. Ahí ya se han realizado varias expediciones que han permitido reconstruir tanto flora como fauna del periodo Cretácico en territorio argentino.
En este depósito fósil ya se habían encontrado desde 2019 otras especies de herbívoros como Nullotitan glaciaris (un gigante de cuello y cola largos que alcanzaba los 25 metros) o Isasicursor santacrucensis (un bípedo de poco más de metro y medio). Con el hallazgo de un carnívoro la cadena alimenticia de esta región del mundo hace 70 millones de años empieza a tomar forma.
Los megaraptores se han encontrado en diferentes puntos del hemisferio sur. Los descubridores de Maip sugieren que está más emparentado con otras especies de este grupo halladas en América del Sur. Por su parte, las especies conocidas de Asia y Australia serían más lejanas.
El grupo sudamericano evolucionó a partir de tamaños medios (entre 5 y 6 metros) para alcanzar tamaños mayores posteriormente. Maip es el megaraptor más grande que se conoce hasta ahora y habría sido uno de los últimos en poblar la Tierra antes de la extinción masiva hace 66 millones de años.
Maip fue descubierto durante la segunda expedición a la Estancia La Anita. “Sin embargo, y por cuestiones climáticas y logísticas, no pudimos excavarlo y extraerlo sino hasta el año siguiente.
En 2020, provistos de las herramientas necesarias, que incluían cortadoras de rocas, mazas, cortafierros, martillos neumáticos, como así también un activo grupo de exploradores, pudimos extraer sus huesos en un área de 4×4 metros y más de un metro de profundidad”, relata Aranciaga Rolando. Ahí se encontraron más de 100 huesos que posteriormente se clasificaron en Buenos, de acuerdo a la narración del especialista.
Aún faltan detalles por conocer de Maip. Por ahora no se tienen restos de su cráneo ni los brazos. “Los megaraptores son predadores bastante enigmáticos y, si bien Maip nos ayudó a atar varios cabos sueltos, todavía quedan muchas preguntas sin responder. Por ejemplo, no sabemos bien en qué ambientes vivían o cuáles eran sus presas, entre otras cosas”, comenta Aranciaga Rolando. Ya se prepara una expedición para 2023 en que se buscará resolver estas dudas y las que surjan en el trayecto.