La nebulosa de La Mantarraya se desvanece rápidamente Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
9 diciembre, 2020
Entre 1996 y 2016 la nebulosa Hen 3-1357, mejor conocida como de La Mantarraya, ha tenido cambios importantes. Desde el telescopio espacial Hubble se tiene una visión privilegiada del espacio y este observatorio espacial ha capturado a la nebulosa en distintas ocasiones durante ese periodo y la disminución de su brillo es notable, lo que la convierte en un caso muy extraño.
Una mantarraya que se desvanece
Una de las características más fáciles de reconocer en la nebulosa de La Mantarraya era su brillo azul fluorescente. Esta coloración al centro de la nebulosa casi ha desaparecido dejando a un lado la relación inmediata con el entorno marino. La razón para esto es un cambio en su composición química.
Los gases que emite la nebulosa han cambiado. En el centro de la nebulosa hay una estrella agonizante que ya perdió una cantidad considerable de nitrógeno, hidrógeno y oxígeno. Su nombre es SAO 244567, que con el tiempo ha reducido su radiación de iones. El oxígeno es un ejemplo drástico de las disminuciones; su factor de brillo se redujo casi mil veces entre 1996 y 2016.
“Ya antes hemos visto cambios en nebulosas, pero lo que tenemos aquí son cambios fundamentales en la estructura de la nebulosa”, comenta Bruce Balick, de la Universidad de Washington, Seattle, quien dirigió la investigación en torno a la nebulosa de la mantarraya. “En la mayoría de los estudios normalmente la nebulosa se vuelve más grande. Aquí el cambio fundamental en su forma es que se está desvaneciendo y lo hace en una escala de tiempo sin precedentes. Además, para nuestra sorpresa, no se está haciendo más grande, de hecho su anillo elíptico interior que alguna vez fue brillante se vuelve pequeño mientras se desvanece”, agrega.
Ya se habían notado cambios antes pero los datos del Hubble eran necesarios para confirmarlo. “Gracias a la estabilidad óptica del Hubble estamos muy, muy seguros de que esta nebulosa ha cambiado su brillo con el paso del tiempo”, aclara Martín Guerrero, del Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada, España, quien participó en el estudio. “Esto es algo que sólo podríamos confirmar con la agudeza visual del Hubble”, complementa.
Ya en estudios previos se había notado que la estrella central: SAO 244567 es peculiar. Un estudio de 2016 realizado por Nicole Reindl, de la Universidad de Potsdam, en Alemania, la siguió entre 1971 y 2002. En ese periodo su temperatura se disparó de 40 mil a 108 mil grados Fahrenheit, más de diez veces más caliente que nuestro Sol. Actualmente, la misma investigadora hace estudios sobre el enfriamiento de la misma estrella.
“Somos muy afortunados de observar en este preciso momento”, afirma Reindl. “Durante algo como un flash de caparazón de helio, evoluciona muy rápido y eso implica escalas de tiempo evolutivo cortas, normalmente no podemos ver cómo evolucionan estas estrellas. Sólo pasó que estábamos ahí en el momento indicado para verlo”, concluye.
El equipo que elaboró el estudio reciente sobre la disminución del brillo especula sobre el futuro de la nebulosa de la mantarraya. Considera que la disminución que ha tenido hasta ahora es probable que en 20 o 30 años ya no sea detectable. Es la nebulosa más joven que se conoce y, según parece, también dejará de percibirse pronto. Mientras eso pasa se puede buscar en el hemisferio sur entre las constelaciones de Escorpio y Triángulo.
Fuente: NASA