Las algas podrían ayudar a reducir casi 80% las emisiones de metano del ganado Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
19 marzo, 2021
Desde hace tiempo se sabe que uno de los grandes emisores de metano hacia la atmósfera es el ganado. Una de las recomendaciones para evitar que se sigan sobreproduciendo gases de efecto invernadero es consumir menos carne de res. Para Ermias Kebreab, del Departamento de Ciencia Animal en la Universidad de California Davis en Estados Unidos, esa solución no es suficiente ya que sólo una pequeña parte de la tierra es apta para cultivar en ella. En algunos terrenos la única opción para producir alimento es el ganado y la población mundial es cada vez mayor. Por esto, Kebreab y un equipo de colaboradores investigaron una forma de reducir el impacto ambiental de los vacunos.
Cambio de dieta, una solución ambiental
La solución que se ha dado hasta ahora es cambiar la dieta humana para consumir menos carne de res. Sin embargo, el grupo de investigadores prefirió explorar otra posibilidad: cambiar la dieta del ganado. A través de un experimento se comparó el nivel de crecimiento en bovinos que consumían algas y otras que se alimentaban normalmente.
En una investigación previa Kebreab y Breanna Roque, también del Departamento de Ciencia Animal de la Universidad de California Davis, ya habían investigado los efectos de las algas en la alimentación en ganado. En su primer acercamiento en 2018 experimentaron con vacas lecheras. En aquella ocasión se alimentó a los animales durante dos semanas con una dieta que incluía una parte de algas marinas. En aquella ocasión se logró reducir sus emisiones de metano hasta un 50%.
En esta ocasión se buscó evaluar los resultados en un plazo mayor. Esta vez se tomó a 21 bovinos y se les alimentó con distintos porcentajes de algas marinas. Uno de ellos fue de control y no consumió algas, otro mantenía una dieta con un porcentaje bajo de algas y uno más con un alto porcentaje de algas.
A las vacas se les alimentaba 4 veces al día y era cuando se aprovechaba para medir las emisiones de metano. Conforme avanzó el experimento se confirmó que las vacas que consumían algas marinas producían menos metano. Además, su peso era similar al de las que seguían una dieta normal. También se evaluó la calidad de la carne que produjeron y no se encontraron diferencias significativas; en el experimento anterior también se confirmó que la leche mantenía su calidad. Este segundo periodo de experimentación duró 5 meses.
Añadir algas a la dieta del ganado reduce gases invernadero un 82%
“Ahora tenemos pruebas sólidas de que las algas marinas en la dieta del ganado son efectivas para reducir los gases de efecto invernadero y que la eficacia no disminuye con el tiempo”, explica Kebreab. “Esto podría ayudar a los agricultores a producir de manera sostenible la carne y los productos lácteos que necesitamos para alimentar al mundo”, agrega.
El eructo de las vacas es la forma en que emiten metano hacia la atmósfera. Aquellas que fueron alimentadas con 80 gramos de algas marinas eructaron 82% menos metano. Un pequeño cambio en la dieta del ganado podría provocar un gran cambio en los niveles de gases de efecto invernadero que producen las actividades humanas.
El metano es uno de los mayores promotores del cambio climático. Por ello el experimento realizado con algas del tipo 'Asparagopsis taxiformis' es de un gran valor. El siguiente reto es producir un nivel suficiente de estas algas para que sus efectos sean significativos en el ambiente. Por ahora sólo se encuentra de forma natural y no existe una cantidad suficiente para alimentar al ganado de todo el mundo, por lo que es necesario desarrollar técnicas de cultivo. Otro obstáculo que habrá que sortear es encontrar una forma de alimentar a las vacas que pastan al aire libre con un suplemento de esta alga.
Apenas es el inicio de un proceso de investigación. Las emisiones de metano provenientes del ganado son un problema desde hace mucho tiempo. Mientras más personas en el mundo sigan consumiendo carne de res la atmósfera recibirá cada vez más metano. La propuesta de Kebreab y su grupo de colaboradores ofrece la posibilidad de no cambiar drásticamente la dieta humana. Lo que se debe cambiar ahora es la dieta de nuestro alimento y habrá que buscar los métodos más adecuados para que esto ocurra. Algún día nuestra carne asada será menos agresiva con el medio ambiente.
Fuente: Journals.plos.org