Los T-Rex tenían labios, sugiere estudio Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
31 marzo, 2023
La imagen que tenemos de los Tiranosaurios Rex ha cambiado mucho en las últimas décadas. Una de sus características más aterradoras son los colmillos amenazantes que hemos visto en películas.
Un estudio publicado recientemente en la revista Science pone en duda que los dientes de estos predadores fueran visibles. Una reconstrucción facial enfocada en tejidos blandos sugiere que tenían labios.
El gran depredador Cretácico con labios que cubrían sus dientes
Un equipo de investigadores norteamericanos realizó una reconstrucción facial del Tiranosaurio Rex. Se basaron en el análisis histórico de patrones en los dientes y relaciones cualitativas con el esqueleto.
El estudio se realizó sobre diferentes dinosaurios terópodos y el caso que ha tomado popularidad rápidamente es el del T-Rex. Estos dinosaurios bípedos de huesos huecos y tres dedos funcionales han sido representados con frecuencia con los dientes expuestos; sin embargo, parece que fueron muy diferentes.
La imagen del T-Rex que expone amenazante sus dientes ha permanecido por más de un siglo. Por el contrario, los hallazgos del equipo que tiene como primer firmante a Thomas M. Cullen del Departamento de Geociencias de la Universidad de Auburn indican que era más parecido a los actuales dragones de Komodo.
Este es el estudio más detallado sobre este aspectoen los terópodos. Se analizó la estructura de los dientes, los patrones de desgaste, la morfología de la mandíbula. Se comparó con reptiles sin labios como los cocodrilos y con labios como los dragones de Komodo.
Al analizar la anatomía y funcionalidad de los dientes de terópodos reconocieron un mayor parecido con los reptiles que tienen labios. Estos labios no serían musculares, como los de los mamíferos. Los reptiles que los tienen no realizan movimientos independientes con ellos.
“Los artistas de dinosaurios han ido y venido de boca en boca desde que comenzamos a restaurar dinosaurios durante el siglo XIX”, comenta en un comunicado el Doctor Mark Witton de la Universidad de Portsmouth. Él participó en la investigación.
“Pero los dinosaurios sin labios se hicieron más prominentes en los años 1980 y 1990. Entonces estaban profundamente arraigados en la cultura popular a través de películas y documentales —Jurassic Park y sus secuelas, Walking with Dinosaurs y así sucesivamente”, agrega el investigador.
El equipo de investigación reconoció que el desgaste de los dientes en los reptiles sin labios era diferente al de los terópodos carnívoros. Además, los dientes de estos dinosaurios no eran más grandes que los de los lagartos modernos, de acuerdo a la relación con el tamaño de su cráneo. Así, era posible que se cubrieran con labios.
Las mandíbulas de los terópodos muestran pequeños agujeros distribuídos alrededor de las mandíbulas. Estas suministraban nervios y sangre a las encías y otros tejidos bucales. Esto es similar a lo que pasa con los dragones de Komodo.
Otro detalle importante apareció en el modelado de cierre de la boca. En caso de no tener labios la mandíbula inferior tendría que aplastar sus huesos de soporte o desarticular la articulación para sellar la boca.
“Como cualquier dentista diría, la saliva es importante para mantener la salud de los dientes. Los dientes que no están cubiertos por los labios corren el riesgo de secarse y pueden sufrir más daños durante la alimentación o la lucha, como vemos en los cocodrilos, pero no en los dinosaurios”, explica Kirstin Brink, quien participó en el estudio y es profesor asistente de Paleontología en la Universidad de Manitoba.
El estudio da nuevas pistas sobre la forma en que se debe reconstruir tejidos blandos en seres extintos como los dinosaurios. Estos ofrecen información valiosa sobre cómo han evolucionado los seres vivos a lo largo de la historia.
El Doctor Witton recuerda que no se había hecho antes un estudio minucioso que cuestionara el imaginario sobre la apariencia de los dientes de los dinosaurios. “Esto significa que muchas de nuestras representaciones de dinosaurios favoritas son incorrectas, incluyendo al icónico T. Rex de Parque Jurásico”, concluye.