Los terremotos de Japón y Ecuador no están relacionados… tampoco la erupción del Volcán Popocatépetl en México Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
28 mayo, 2019
Potentes terremotos han sacudido la Tierra en los últimos días. Los primeros sucedieron el 14 y 15 de abril, en la isla japonesa de Kyunshu, a 1,000 km al sureste de Tokio. Durante el primer día se reportaron varios sismos, incluyendo uno de magnitud 6.2 y otro de magnitud 6.0. Pero el terremoto más fuerte, de magnitud 7.0, ocurrió el 15 de abril.
Un día después, al otro lado del Océano Pacífico, Ecuador sufrió los efectos de un poderoso sismo de magnitud 7.8 que hasta la fecha reporta haber cobrado la vida de más de 400 personas.
Según los expertos, los sismos en estos dos países no guardan ninguna relación.
La isla de Japón, así como toda la costa de Ecuador están dentro de lo que se conoce como "Cinturón de Fuego del Pacífico" una región alrededor de este océano que se caracteriza por su intensa actividad geológica. En esta zona suceden la mayoría de los grandes terremotos y se encuentran la mayoría de los volcanes activos de la Tierra.
Sin embargo, los especialistas señalan que es extremadamente difícil que un terremoto en un lado del mundo desencadene otro en el otro extremo. Entre el terremoto de Japón y el terremoto de Ecuador hay más de 15,000 kilómetros de distancia.
En primer lugar, las dos naciones se ubican en el límite de diferentes placas tectónicas. En Japón, el movimiento telúrico se debió a las placas Filipinas y Euroasíatica, mientras que el sismo en Ecuador fue producto de la interacción entre la placa de Nazca y la Sudaméricana.
Recordemos que la corteza terrestre está compuesta por una docena de placas que están en constante movimiento. Cuando interactúan a lo largo de sus límites ocurren procesos geológicos importantes como la formación de cadenas montañosas, sismos y volcanes. Pero el movimiento de estas placas no es igual, sino que crea tres tipos de límites tectónicos: convergentes, donde las placas chocan entre sí; divergente, donde las placas se separan; y de transformación, donde las placas se deslizan lateralmente.
Los sismos de Japón y Ecuador no sólo se debieron a placas distintas, sino que además fueron de dos diferentes tipos. Los sismos en Japón fueron de transformación, donde dos placas se deslizan horizontalmente entre sí, mientras que el de Ecuador fue ocasionado por el choque de la placa de Nazca, que se hunde debajo de la Sudaméricana (subducción), a una velocidad de 6.5 cm al año.
¿Está relacionado con la erupción del Volcán Popocatépetl en México?
Mientras tanto en México, en la madrugada del 18 de abril, una nueva explosión se registró en el segundo volcán más alto del país, el Popocatépetl. La explosión generó una columna de cenizas de 3 km de altura y lanzó rocas ardientes a kilómetros de distancia del cráter. La ceniza cubrió de blanco la ciudad de Puebla (a unos 40 km del cráter) y llegó incluso al estado de Veracruz (a más de 150 km de distancia).
México también se encuentra dentro del Cinturón de Fuego del Pacifico, lo que hizo pensar a mucha gente que la erupción también podía tener relación con los recientes terremotos en Japón y Ecuador. Sin embargo, de acuerdo a los especialistas, esto es igual de improbable, pues al ser placas diferentes no tienen relación directa.
La cámara magmática y conductos del magma, generalmente están muy lejos de los contactos entre placas tectónicas y lejos de las zonas de subducción, por lo que su actividad es independiente a la de los sismos.
Cuando hay un sismo cerca de un volcán, se le denomina sismo volcano tectónico a profundidades muy superficiales ( a menos de 5 kilómetros de profundidad generalmente) y entonces si está relacionado directamente con la actividad del volcán.
Sin embargo cuando los científicos estudian la dinámica interna del planeta, es claro que la tectónica de placas es la responsable de los terremotos, los volcanes, la formación de islas, y la formación de cordilleras y océanos, pero todo en tiempos y espacios diferentes
Finalmente, algunos científicos sostienen la hipótesis de la isostacia, es decir que el planeta guarda siempre un equilibrio por las diferentes densidades del planeta, por lo que todo estaría, al final, relacionado.