Muere el primer humano que recibió un corazón de cerdo Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
11 marzo, 2022
A principios de 2022 David Bennet se convirtió en el primer receptor de un corazón de cerdo modificado genéticamente. El 8 de marzo murió a los 57 años de edad. Su condición empezó a deteriorarse varios días antes del deceso. Desde el principio Bennet sabía que su caso era complicado, incluso lo calificó como “un tiro a ciegas”. Dos meses y un día después de la intervención quirúrgica, los médicos que lo atendieron en la ciudad de Baltimore anunciaron su muerte.
Una muerte esperada tras una cirugía fuera de lo común
“Demostró ser un paciente valiente y noble que luchó hasta el final”, declaró Bartley Griffith, quien fue el cirujano que realizó el trasplante a través de un comunicado. En las semanas que siguieron a la operación, Bennet convivió con su familia, vió el Super Bowl y tenía planes de regresar a casa con su perro Lucky.
El uso de órganos animales es una posibilidad que se considera desde hace varios años. En los últimos meses se vivieron algunos hitos en el proceso de convertirlos en una realidad. En octubre de 2021 se realizó el primer trasplante de riñón de cerdo a un humano en Nueva York. Unos meses después, en enero de 2022 Griffith y su equipo de colegas hicieron lo propio con un corazón de cerdo genéticamente modificado que acompañó a David Bennet en su último par de meses.
Para obtener el corazón que se trasplantó a Bennet se crió cerdos especiales. Primero se hizo una edición genética para volver compatible al cerdo con un organismo humano. Tras la edición se crearon embriones que se criaron en un ambiente controlado y biológicamente aislado. Cuando el cerdo llegó a la edad adulta se extrajo el corazón para llevarlo hasta el paciente. Después del trasplante se siguió un tratamiento con inmunosupresores para evitar que el cuerpo rechazara el órgano. Por un par de meses, el resultado final fue satisfactorio.
“Agradecemos cada momento innovador, cada sueño excéntrico, cada noche en vela que abarcó este esfuerzo histórico”, declaró el hijo de Bennet en un comunicado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland. “Esperamos que esta historia sea el comienzo y no el final de la esperanza”, agregó.
Aunque parezca un periodo corto, el caso de Bennet representa un avance en los xenotrasplantes. En su momento, Bebé Fae, una niña en situación crítica, recibió un corazón de babuino. El tiempo que este órgano permitió seguir con vida a la niña fue de 21 días. Esto fue en 1984 y los procedimientos han avanzado mucho desde entonces.
“Era morir o someterme a este trasplante. Quiero vivir. Sé que las posibilidades son bajas, pero es mi última opción”, declaró Banner un día antes de entrar al quirófano. Su caso no tenía otra solución posible. Recibir un corazón humano estaba fuera de sus posibilidades debido a que padecía insuficiencia cardiaca y arritmia. Dos meses extra de vida quizá parezca poco desde fuera pero es un paso más en el proceso de experimentación con trasplantes de otras especies a seres humanos.
Actualmente mueren 17 personas cada día en espera de un trasplante, únicamente en Estados Unidos. En lista de espera hay más de 100 mil pacientes en ese país. La búsqueda de alternativas para todos esos pacientes que no alcanzan a recibir un órgano humano no puede detenerse. Bartley Griffith describió el caso de David Bennet como “un paso más cerca de resolver la crisis de escasez de órganos”, y aunque haya muerto recientemente, habrá mucho que aprender de esta experiencia. Seguramente seguirán más pruebas que acerquen a los médicos a la posibilidad real de usar órganos animales para prolongar la vida de los seres humanos.