Nuevo dinosaurio es hallado en Coahuila Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
22 junio, 2021
General Cepeda es una población al sureste de Coahuila, mide menos de 3 kilómetros de largo y es el lugar en que se encontró una nueva especie de dinosaurio. Tlatolophus galorum, un nuevo tipo de hadrosaurio. Se trata de un dinosaurio con las dos patas traseras más desarrolladas y posiblemente caminaba con ellas aunque también era capaz de desplazarse en cuatro patas, dependiendo de sus necesidades. Tenía una cresta que sugiere la posibilidad de que fuera capaz de comunicarse a través de sonidos. La forma de su cráneo también indica que, al igual que las aves, tenía colores vivos, ya sea que estuviera cubierto por un rojo intenso, varios o incluso con manchas.
Un nuevo dinosaurio mexicano
La historia del descubrimiento comienza en 2005. El lugar específico fueron los depósitos campanianos superiores superficiales de la Formación Cerro del Pueblo. “Recibimos notificación del hallazgo de un sitio que requería que tomáramos medidas para evitar pérdidas. Estábamos hablando de una serie de vértebras que estaban semiarticuladas, y que resultaron ser la cola (del dinosaurio)”, recordó Felisa Aguilar, de acuerdo al diario NTR, ella es Presidenta del Consejo de Paleontología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y también forma parte del grupo de autores del artículo.
Tlatolophus galorum es un nuevo tipo de hadrosaurio de la subfamilia de los lambeosaurinos, mejor conocidos como pico de pato. Vivió durante el cretácico tardío, entre 72 y 73 millones de años atrás. Se le clasifica dentro de los Parasaurolophini, que se caracterizan por tener crestas muy elaboradas. Su nombre tiene una relación muy estrecha con este detalle.
Su nombre proviene del náhuatl tlahtolli, que significa palabra, y del griego lophus, que significa cresta. El cráneo muestra que había muchas conexiones entre tráquea y nariz. Esta conformación indica que habría sido capaz de producir sonidos similares a los de una trompeta.
“Sabemos que algunos dinosaurios crestados tenían la capacidad de recibir sonidos de baja frecuencia, por lo que debieron ser platicadores. Algunos paleontólogos teorizan que emitían sonidos fuertes para asustar a los carnívoros o con fines de reproducción, lo que sugiere que las crestas lucían colores vistosos”, explicó Ángel Alejandro Ramírez Velasco, citado por el diario La Jornada, él es paleontólogo del Instituto de Geología (IGl) de la UNAM y participó en el descubrimiento del fósil.
Tlatolophus galorum fue un herbívoro del cretácico tardío. Medía entre 8 y 12 metros de largo. Los restos de su cráneo alcanzan los 1.3 metros. “Sabemos que algunos dinosaurios crestados tenían la capacidad de recibir sonidos de baja frecuencia, por lo que debieron ser platicadores”, comenta Ramírez Velálázco.
Las vértebras fueron el punto de partida pero pronto aparecieron más piezas. Se recuperó casi el 80% del cráneo. De acuerdo a los hallazgos su cresta tenía forma de coma invertida. Esta forma no coincidía con ninguna especie conocida. “En otras palabras, la cresta no ha sido encontrada en ninguna parte del mundo, y, por lo tanto, podemos proponer no nada más una nueva especie, sino un género nuevo”, de acuerdo a Felisa Aguilar.
La cresta es la que más resalta pero Tlatolophus galorum tiene otras peculiaridades. Su cola es más larga que en otros hadrosaurios. Caminaba principalmente en sus patas traseras, más grandes y fuertes, aunque podía usar las 4. Se cree que la forma del cráneo permitía emitir sonidos y serían completamente distintos de otras especies. También se cree que serían capaces de ver a colores, como lo hacen las aves modernas, por lo que sus crestas serían coloridas.Tlatolophus galorum no es el único hadrosaurio coahuilense. También es reconocida la especie Velafrons coahuilensis. Sin embargo, este nuevo dinosaurio es más parecido a otros de tierras más alejadas. Sus características lo hacen más cercano a los parasaurolofinos que habitaron en lo que ahora es Nuevo México y Utah en Estados Unidos y Alberta en Canadá. Los resultados de la investigación se publicaron en la revista científica Cretaceous Research.