Sobre la erupción del volcán de fuego de Guatemala Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
25 septiembre, 2021
A 45 kilómetros de Ciudad de Guatemala, la capital de aquella nación centroamericana, se ubica el Volcán de Fuego. En 2018 este volcán hizo erupción con un costo de 431 vidas humanas. Este jueves 23 de septiembre ocurrió una nueva erupción. Los movimientos del volcán se perciben a 10 kilómetros a la redonda del volcán. Se trata de uno de los volcanes más activos de la región. Por ahora no ha sido necesario evacuar a los habitantes de la región.
Una erupción sin daños hasta ahora
El volcán de fuego se ubica entre los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango. Alcanza 3 mil 763 metros sobre el nivel del mar. De acuerdo con el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología guatemalteco (Insivumeh), el flujo se desplazó a 6 kilómetros y llegó a la base del volcán. Los flujos piroclásticos, que son una mezcla de gases volcánicos calientes, materiales sólidos calientes y aire atrapado, fueron lanzados entre 200 y 400 kilómetros por hora.
19 comunidades que alojan a 2 mil 500 familias ya están en alerta. Las comunidades cercanas a las barrancas de Ceniza, Taniluyá y Trinidad fueron las primeras a las que se les sugirió tomar medidas precautorias. Estas comunidades, así como Santa Teresa y Las Lajas ya vivieron avalanchas de moderadas a fuertes. Las acciones directas provienen de la Coordinadora Nacional Nacional para la Reducción de Desastres (Conred). Los cuerpos de socorro como bomberos ya están bajo alerta en caso de ser necesaria su intervención.
El Insivimeh anunció que la actividad durante las primeras horas del viernes fue mayor a la del 23 de septiembre. La fumarola de color blanco alcanzó 4,500 metros sobre el nivel del mar. Las explosiones han alcanzado un ritmo de entre seis y ocho por hora. El volcán de fuego lleva más de 500 años activo. Se conoce su capacidad destructiva y ya se ha propuesto reubicar a las poblaciones cercanas que han crecido con el paso del tiempo.
A diferencia de 2018, los flujos piroclásticos descienden por el flanco suroeste. En esta ocasión han evitado a las comunidades cercanas. Sin embargo, si obstruyen vialidades sobre las barrancas. A diferencia de 2018, en esta ocasión no se trata de lava, que viaja entre 3 y 5 metros por hora, la velocidad de los flujos piroclásticos es mucho mayor, de 200 a 400 kilómetros por hora.
En Guatemala existen 32 volcanes activos. El volcán de fuego es uno de los 3 más activos, los otros dos son el volcán de Pacaya (al sur de Guatemala) y el Santiaguito (al oeste del país). El volcán de fuego se ha mantenido activo y aún se mantiene el recuerdo de 2018 entre la población. En aquel entonces mil 600 sobrevivientes fueron reubicados en viviendas prefabricadas en la finca de Escuintla, donde viven hasta la fecha.
Guatemala es una nación acostumbrada a la actividad volcánica. Si bien, se tienen recuerdos frescos de erupciones de alta intensidad en el volcán de fuego, como las ocurridas en 2018 y 1974. Los pobladores de la región viven en un riesgo constante. El habitar zonas aledañas a un volcán activo representa un riesgo, a pesar de los eventos catastróficos que ya se han vivido. David de León, quien es portavoz de Conred, menciona que hay familias que fueron afectadas por la erupción de 2018 que no han abandonado sus hogares, argumentan que quieren seguir dedicándose a sus actividades agrícolas.