Tenemos el primer mapa geomorfológico de Titán Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
21 noviembre, 2019
Imaginar otros mundos es una actividad que tiene una tradición amplia en nuestra especie. El proceso para atribuirle formas a otros cuerpos en el espacio ha cambiado mucho gracias a los datos, cada vez más confiables, que tenemos sobre lo que hay más allá de nuestro planeta. En esta ocasión se realizó un mapa de la luna saturniana Titán. La directora del proyecto fue Rosaly Lopes y el resultado se publicó en la revista científica Nature.
Titán, un satélite que recuerda a la Tierra
Entre 2004 y 2017 la sonda espacial Cassini estudió Saturno y sus satélites. En ese periodo realizó más de 120 sobrevuelos a Titán. A partir de estos datos fue que el equipo de Lopes logró realizar un trazo de la superficie del satélite. Aunque no se tenía una revisión completa, se relacionaron datos de distintos orígenes para conseguir una imagen lo más cercana posible a la realidad.
La fuente principal de datos fue el Radar de Apertura Sintética (SAR, por sus siglas en inglés). También se recurrió a datos de otros instrumentos, además de otros modos de radar. Posteriormente se hizo la correlación para reconocer las características de la superficie de Titán. Así se consiguió una estimación confiable sobre los espacios sobre los que no se tenían datos.
La atmósfera de Titán evita que su suelo sea visible. El artículo publicado por Nature la describe como “espesa y brumosa”. Esto evita que las ondas visibles lleguen a los instrumentos. De ahí que los radares fueran la parte principal del mapeo. El resultado final explica la distribución del suelo de Titán y sus procesos geológicos.
Algo que recuerda a la Tierra es que también es un planeta con ciclos hidrológicos, aunque su naturaleza es muy distinta. Mientras que en nuestro mundo el líquido que pasa por diferentes estados y da forma al paisaje es el agua, en la luna saturniana la base es el metano. La distancia al sol es mayor a la de nuestro planeta y las temperaturas existentes en Titán permiten que elementos que nosotros conocemos como gases se comporten como líquido ahí.
A través de este ciclo de metano, la superficie ha ido tomando formas similares a las de nuestro planeta durante su evolución. Entre las superficies que se reconocen en el mapa de Titán están: llanuras, dunas, cráteres, lagos y laberintos; estos últimos se catalogan así porque su relieve muestra alteraciones como consecuencia de la actividad tectónica. Mientras que las dunas y los lagos son relativamente jóvenes, los terrenos elevados son más antiguos.
Además, la distribución de los terrenos se da con variaciones latitudinales. Esto quiere decir que hay terrenos más comunes dependiendo de la cercanía al ecuador o los polos. Mientras que hacia el ecuador son más comunes las dunas. En alturas medias dominan las llanuras. Por su parte las zonas cercanas a los polos aparecen más laberintos y lagos.
Más allá de satisfacer fantasías de ciencia ficción, conocer la superficie de Titán ayudará a la exploración espacial. Al conocer el tipo de terreno la planeación para futuras misiones será más adecuada. Dispositivos como el Dragonfly, que la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) planea enviar para 2034, tienen una mayor probabilidad de éxito si se les envía a superficies adecuadas. Un vehículo volador como este funcionará mejor si llega a superficies elevadas que si cae en un lago.
Quienes quieran imaginar el mundo del que surgen personajes de ficción como Thanos, el villano de Marvel, ya tienen un mapa preciso. Dentro de nuestro sistema solar Titán resalta por varias razones. Es el satélite más grande de Saturno. Su tamaño es similar al de Mercurio, su diámetro es 135 kilómetros mayor al de aquel planeta. Además tiene ciclos hidrológicos que recuerdan a los de la Tierra. Las futuras misiones espaciales nos seguirán revelando detalles de este enigmático y familiar mundo.