Terremoto M7.6 en el Caribe: lo que tienes que saber Copiar al portapapeles
POR: Alejandra Almed
1 octubre, 2018
Por: Deyanira Almazán
El martes 9 de enero, un terremoto de magnitud 7.6 se registró al norte de Honduras, específicamente a 44 km de la isla hondureña de Gran Cisne. El movimiento telúrico fue tan poderoso que de manera preventiva, el Centro de Alertas de Tsunami del Pacífico lanzó un aviso por riesgo de tsunami en la región, que desactivó dos horas después.
El sismo ocurrió en lo que se conoce como la falla de las islas Swan que es resultado de la interacción permanente que existe entre la placa de América del Norte y la placa del Caribe. La placa de Norteamérica se desplaza hacia el oeste-suroeste con respecto de la del Caribe a una velocidad aproximada de 19 mm/año, por lo que los sismos en esta región no son excepcionales.
Estas fallas se denominan transcurrentes o de desgarre pues se deslizan horizontalmente en los llamados límites de transformación. Al ser el movimiento horizontal, la generación de energía no suele ser demasiada, por lo que no es común observar en este tipo de terreno sismos poderosos, pero eso no significa que no pueda ocurrir o que sea algo excepcional.
De acuerdo al Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), otros nueve terremotos de M6 o mayor han ocurrido dentro de los 400 km del sismo del martes 10 de enero durante el siglo pasado. Otros fuertes terremotos a lo largo de los límites de estas placas incluyen el terremoto de M7.5 en Guatemala el 4 de febrero de 1976 que provocó la muerte de más de 23,000 personas y que sucedió en la llamada Falla de Motagua.
La Placa del Caribe es una placa tectónica con una superficie de 3.2 millones de km2. La extensa diversidad y complejidad de los límites tectónicos de esta placa caracteriza su perímetro, involucrando cuatro de las placas principales del planeta: América del Norte, América del Sur, Nazca y Cocos.
Como en la mayoría de los bordes de las placas tectónicas, en los límites de la placa del Caribe existe una actividad sísmica importante, además de la presencia de volcanes y trincheras oceánicas.
¿Por qué no hubo tsunami?
Las placas tectónicas pueden abarcar tanto superficie terrestre como superficie marina. Cuando el epicentro de un sismo, es decir, el punto en el que ocurrió el movimiento de las placas se encuentra dentro del fondo marino, es probable, más no seguro, que se produzca lo que conocemos como tsunami. Las fuertes vibraciones generadas por las placas pueden generar altísimas olas con desplazamientos de miles de kilómetros a velocidades de hasta 700 km por hora, por lo que estas catástrofes pueden llegar a devastar pueblos y ciudades enteras en pocos minutos.
Cualquier océano puede sufrir un tsunami, sin embargo son mucho más frecuentes en las zonas de subducción del Océano Pacífico, ya que ahí existen muchos contactos entre placas tectónicas. Así entonces, los movimientos más fuertes y que producen más energía son los de convergencia, es decir, donde las placas chocan y la placa con la corteza terrestre menos densa se hunde por debajo de la placa con rocas más densas. Pero las placas también se mueven lateralmente y estas liberan menos energía, presentando menos riesgo de producir un tsunami.
El terremoto de ayer fue producido por este movimiento lateral, por lo que fue menos probable una catástrofe de este tipo. Aun así, el Servicio Geológico de los Estados Unidos activó la alerta de tsunami y desafortunadamente muchas ciudades entraron en pánico. Y no era para menos. La mayoría de las ciudades alertadas se ubicaban en islas o en áreas muy bajas. La advertencia mayor fue de olas entre 30 cm y 1 m. de alto, que aunque no parezca mucho, para muchas ciudades esto era una seria amenaza.
La alerta y la amenaza de tsunami fue desactivada para todas las zonas pocas horas después del movimiento telúrico; aunque, lamentablemente, corrió mucha información del retiro de agua en las costas de algunos países, entre ellos México.
Fue importante activar la alerta, ya que como sabemos cada terremoto es distinto y no existe una certeza en cómo va a reaccionar la Tierra después de un sismo. Nuestras estimaciones, registros y observaciones, en comparación con la edad geológica del planeta, son sesgados y a decir verdad, un poco superficiales. Es por esto que reiteramos la importancia de seguir investigando, registrando y sobre todo estar abiertos y atentos a todo el conocimiento que la Tierra nos ofrece todos los días sobre ella misma.
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Fuente: USGS