Un estudio propone alimentar peces con un gas de efecto invernadero Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
27 noviembre, 2021
Desde la década de los 60 el consumo de mariscos se ha cuadruplicado. Un estudio publicado recientemente en la revista científica Nature Sustainability propone transformar el metano, un gas de efecto invernadero, en un alimento rico en proteínas para criaderos de peces. De acuerdo a los investigadores de la Universidad de Stanford, el costo-beneficio de este alimento sería mejor que el que se usa actualmente. De acuerdo con esto, combatir el cambio climático y promover una mayor producción de alimentos podría realizarse de forma simultánea.
Harina basada en metano
Se proyecta que para 2050 la demanda de alimentos provenientes del mar se duplique. Si en las últimas décadas ya ha crecido a ritmo acelerado, puede esperarse que esto implique un enorme reto para los productores. Una propuesta para mejorar el rendimiento de la producción de peces y mariscos es tomar uno de los gases que provocan el cambio climático y transformarlo en alimento.
El proceso comienza con bacterias alimentadas con metano, estos seres se conocen como metanótrofos, por alimentarse con dicho gas. A partir de ellas se realiza una harina. De acuerdo al estudio, el costo de producción es menor al del alimento convencional para peces. Para llegar a esta conclusión se consideraron diferentes escenarios para obtener el metano con el que se alimentaría a las bacterias.
“Las fuentes industriales en Estados Unidos están emitiendo cantidades realmente sorprendentes de metano, que son poco rentables para su captura y uso con las aplicaciones actuales”, explica Sahar El Abbadi, quien dirigió la investigación como graduado de ingeniería civil y ambiental. “Nuestra meta es cambiar el paradigma, usando biotecnología para crear un producto de alto valor”, agrega el especialista.
Actualmente el metano no es el gas de efecto invernadero más abundante; sin embargo, representa un problema a largo plazo. Su potencial de calentamiento para el planeta es 85 veces mayor al del dióxido de carbono dentro de 20 años y 25 veces mayor tras un siglo. La tasa de concentración de metano crece a un ritmo del doble del dióxido de carbono. Este gas afecta la calidad del aire propiciando la acumulación de ozono en la troposfera; la exposición a este gas provoca cerca de 1 millón de muertes prematuras al año por enfermedades respiratorias en el mundo.
Ante este panorama, un proceso para consumir el metano y convertirlo en alimento para peces se presenta como una solución a dos problemas. La propuesta del equipo de investigadores consiste en alimentar bacterias metanótrofas con él. Ellas pueden crecer en biorreactores acuáticos fríos alimentados por metano presurizado, oxígeno y nutrientes como nitrógeno, fósforo y oligometales. A partir de este proceso se obtiene biomasa rica en proteína que sirve como alimento para peces o plantas.
El costo de fabricar este tipo de alimento en comparación con el tradicional también fue parte del estudio. Desde el año 2000, el costo de este tipo de alimento se ha triplicado. Debido a esto los investigadores decidieron considerar distintos escenarios sobre el origen del metano. Entre las fuentes que se consideraron están plantas de tratamiento de aguas residuales, rellenos sanitarios, servicios comerciales de gas, gas natural y petróleo. El escenario más costoso fue en el que se recurrió a fuentes comerciales, en él se supera el costo de producción con métodos tradicionales de alimento para peces.
En todos los escenarios propuestos el mayor costo de producción proviene de la electricidad que se consume. Los cálculos se hicieron con datos de Estados Unidos. En aquella nación el costo de la electricidad varía entre los diferentes estados. Esto lleva a que los investigadores propongan algunos estados donde la energía eléctrica tienen menor costo como la opción más adecuada, estos son Mississippi y Texas, en donde el costo de producción se reduce hasta un 20%; por cada tonelada se ahorran 386 dólares respecto al alimento tradicional para peces.
Los gases de efecto invernadero seguirán presentes en la atmósfera por mucho tiempo. ¿Qué hacer con ellos? es una pregunta importante ante este panorama. Producir alimento para peces y mariscos es una entre muchas opciones. De esta forma se contribuye a mantener la capacidad de alimentar a la población humana en las próximas décadas y al mismo tiempo se reduce la huella de gases de efecto invernadero.