Un nuevo dinosaurio chileno se defendía con una cola que recuerda a los mazos aztecas Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
4 diciembre, 2021
Se cree que los anquilosaurios surgieron en el gran continente del hemisferio sur: Gondwana; sin embargo, es poco lo que se sabe de ellos. Recientemente, un grupo de investigadores chilenos reportó en la revista Nature a un nuevo dinosaurio que pertenece a este grupo y tiene características muy distintas a lo que se espera de ellos. Este grupo de dinosaurios blindados es famoso por sus cuerpos protegidos con picos o colas similares a mazos. La cola de esta especie recuerda por su forma a un macuahuitl, el arma icónica de los aztecas que tenía puntas de obsidiana a ambos lados.
Un dinosaurio blindado del sur
Cuando el supercontinente Pangea se dividió, también la historia de las especies que lo habitaron tomó caminos diferentes. Para ese momento ya existían los anquilosaurios y mientras los del hemisferio norte son bien conocidos, es poco lo que se sabe de los que habitaron el hemisferio sur. El descubrimiento de este nuevo dinosaurio en Magallanes, al sur de Chile, nos permite imaginar las diferencias existentes entre las especies que habitaron ambos hemisferios.
El nombre de esta nueva especie es Stegouros elengassen y tiene características únicas. “Carece de la mayoría de los rasgos que esperaríamos de un anquilosaurio y tiene un arma de cola completamente diferente”, describe Alexander Vargas, quien es profesor de la Universidad de Chile y participó en el estudio. Con su descubrimiento, podemos visualizar a una familia mucho más variada de la que imaginábamos.
Los anquilosaurios son parientes cercanos de los estegosaurios y se separaron de ellos a mediados del Jurásico. Aquellos que poblaron Laurasia, que abarcó lo que hoy es Norteamérica y Asia, son un grupo amplio y que se reconoce por sus cuerpos acorazados. Sus pieles tenían depósitos de hueso llamados osteodermos con los que formaban armaduras muy resistentes. Algunas especies de anquilosaurios tenían armas en su cola similares a mazos.
Se cree que los primeros anquilosaurios surgieron en Gondwanada, que se componía de lo que hoy es Sudamérica, África, la Antártida, India y Australia. Sin embargo, han sido menos estudiados que sus parientes del hemisferio norte, así lo explica Vargas. Por esto, la evolución temprana de esta familia de saurios es casi desconocida.
Los restos fósiles del Stegouros elengassen fueron descubiertos en 2018 en el Valle del río Las Chinas. El hallazgo estuvo a cargo de un equipo de paleontólogos de la Universidad de Texas. Este territorio pertenece a la región subantártica de Chile, se reconoce por sus fuertes vientos y su clima frío. Aún con esas condiciones, se realizan expediciones paleontológicas. Vargas lleva una década ahí buscando zonas clave para depósitos fósiles.
En aquel momento se reportó el 80% de esqueleto de un anquilosaurio, mucho más de lo que se encuentra habitualmente. Los restos incluían una mitad trasera articulada en gran parte, vértebras, hombros, extremidades delanteras y fragmentos del cráneo. En vida debió medir 2 metros, su cabeza sería proporcionalmente grande, sus extremidades delgadas, y su cola sería corta. En esta última parte es donde se encuentra su rasgo distintivo. La cola tenía siete pares de osteodermos aplanados; de una forma similar a las obsidianas que formaban el macuahuitl azteca.
La cola de este dinosaurio nos permite ver una diferencia importante en la historia evolutiva en los anquilosaurios del hemisferio norte y los del sur. Los habitantes de Laurasia al principio no tenían nada parecido a un arma en la cola. Con el tiempo desarrollaron vértebras rígidas que formaron algo parecido al mango de un garrote. Por su parte, ésta nueva especie habría fusionado los osteodermos sobre las vértebras para conseguir una forma de cuña. El análisis anatómico muestra que Stegouros elengassen está relacionado con los anquilosaurios que se han encontrado en Australia y la Antártida.
Seguramente su forma de ataque era muy distinta a la de los guerreros aztecas. Sin embargo, este rasgo distintivo hace que esta nueva especie de anquilosaurio sea una referencia importante para comprender cómo una misma familia de dinosaurios evolucionó en dos vías distintas. Ahora podemos imaginar a un dinosaurio acorazado en el Cretácico tardío, entre 71.7 y 74.9 millones de años atrás, con un arma letal en su cola.