Un proyecto hindú regresa espacios vitales para la conservación de tigres Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
11 septiembre, 2024
La lista de especies en peligro de extinción es cada vez más grande. Los tigres forman parte de las especies amenazadas y existen distintas iniciativas para protegerlos.
India es una nación que hospeda a una población importante de tigres y desde hace poco más de medio siglo comenzó un programa de protección de tigres. Entre sus acciones se incluye reubicar poblaciones humanas para que los tigres permanezcan en sus territorios naturales.
Un esfuerzo de conservación que incluye movilidad humana
Durante el periodo colonial británico los tigres se convirtieron en trofeos de cacería. Entre 1860 y 1950 fueron asesinados más de 65,000 tigres en la India para obtener sus pieles. Incluso después de la independencia, los tigres de bengala siguieron siendo presas de cazadores.
El Proyecto Tigre comenzó en 1972. En aquel momento sobrevivían menos de 2,000 tigres en India. Actualmente es uno de los programas de conservación con más duración en todo el mundo.
El programa comenzó creando reservas, áreas protegidas y santuarios de vida silvestre para que habitaran los tigres. Esto con el fin de incrementar su población. Para conseguir los terrenos en que ahora viven los tigres fue necesario reubicar a muchas personas.
De acuerdo con los especialistas, los tigres requieren espacios libres de personas para realizar sus actividades vitales. La presencia de personas incluye actividades que obstruyen la vida de los tigres como la crianza de ganado o la recolección de leña. De acuerdo con casos documentados, las poblaciones de tigres se recuperan cuando desaparece la gente de los espacios que habitan.
Reubicar personas es una tarea que a largo plazo trae problemas importantes. En las primeras tres décadas del proyecto se reubicaron alrededor de 3,000 familias. Posteriormente, entre 2005 y 2023, fueron alrededor de 23,000 familias las que se movilizaron para preservar los espacios de los tigres.
Muchos de los desplazamientos fueron involuntarios. Una de las consecuencias de la reubicación fue que las familias se encontraron ante condiciones de pobreza mayores a las que tenían antes.
El área destinada a los tigres es amplia. Hasta 2005 se habían creado 27 reservas con áreas de entre 500 y 2,500 kilómetros cuadrados. En cada una se estableció un núcleo donde no se permiten actividades como el pastoreo, la cacería, así como la recolección de leña, hojas o flores. Alrededor de ellas se establecieron zonas de protección donde se permitían dichas actividades de forma regulada.
Desde el principio se hicieron notar los problemas de reubicación. Un ejemplo es la reserva de Rajasthan al noroeste de la India. Entre 1976 y 1977 se realizó la primera reubicación. Los pobladores recibieron tierras que no eran aptas para la agricultura. Eso llevó a muchas familias a regresar a vivir a la reserva.
En distintos procesos de reubicación ocurrieron casos similares en que los habitantes no lograron satisfacer sus necesidades básicas en la nueva ubicación. Algunos llegaron a terrenos donde no podían realizar sus actividades tradicionales como pastoreo o agricultura. Algunos recibieron tierras en buenas condiciones para actividades a las que no estaban acostumbrados. Otros tuvieron problemas con el suministro eléctrico o de agua.
La situación para los tigres en algunas reservas tampoco fue la esperada. Los reingresos de personas a las zonas protegidas no daban las condiciones adecuadas para el crecimiento de sus poblaciones. En reservas de tigres como Sariska y Panna se vivieron extinciones locales en 2004 y 2007, respectivamente.
A partir de 2005 se decidió ajustar la estrategia. Para esto se solicitó apoyo de biólogos y científicos sociales. A partir de entonces se consideró la posibilidad de pedir ayuda a los pobladores locales para la conservación de los tigres a cambio de concesiones como permanecer en el territorio que habitan los tigres.
Un ejemplo de esto es la tribu Soliga en la reserva de tigres del templo Biligiri Rangananthaswamy en Karnataka. Esta población se ofreció a erradicar plantas invasoras, frenar la tala y la cacería ilegal de tigres. En otros casos la población local se desempeña ahora como guía de turistas o guardias forestales.
En 2005 la población de tigres en India era de aproximadamente 1,500 individuos. Para 2022 había superado los 3,000 ejemplares. Una lección de este proyecto es que la reubicación por sí misma no era suficiente para conseguir la recuperación de las poblaciones de tigres.
Además de las reservas, actualmente se cuenta con corredores por los que los tigres pueden desplazarse de una reserva a otra. Abarca un área forestal de más de 38 millones de hectáreas en los alrededores de las reservas. Con ellos se evita la endogamia y la extinción local.
El Proyecto Tigre es una muestra de que incluso una idea bienintencionada puede mejorar si se vuelve flexible. Dedicar espacios exclusivos para los tigres no fue suficiente. Promover la participación de los habitantes humanos con actividades de protección ha mejorado las condiciones de vida tanto de tigres como de personas.
Fuente
To save its tigers, India has relocated thousands of people—it could enlist their help instead