Una lista de “aves perdidas” busca ayudar en su protección Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
18 junio, 2024
¿Cómo se puede decidir si alguien está perdido? Con los seres humanos se da este estatus cuando alguien no aparece en mucho tiempo y eso también pasa con las aves.
Un grupo de investigadores realizó un listado de especies de aves que no han sido vistas durante una década. Esto con el fin de lanzar una alerta y enfocar la atención pública en su búsqueda.
Una lista de desaparecidos
Para crear su lista comprensiva de aves que no se han documentado en 10 años, los investigadores recurrieron a la biblioteca Macaulay del Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell. Sus resultados se publicaron en la revista científica Frontiers in Ecology and the Environment.
“Comenzamos con la Biblioteca Macaulay porque es el depósito más rico de medios de aves, y rápidamente encontramos documentación para la gran mayoría de las aves del mundo”, explica en un comunicado Cameron Rutt, quien aparece como primer firmante del estudio. Él es biólogo de aves.
Rutt explica que también se usaron datos de iNaturalist y xeno-canto. Para la lista de aves desaparecidas se consideró que no aparecieran en imágenes, video o audio recientes.
“Una especie sería considerada 'perdida' para la ciencia si no hubiera registros audiovisuales del ave en los últimos 10 años o más”, agrega.
La investigación forma parte del proyecto “Búsqueda de las aves perdidas” de American Bird Conservancy y Re:wild and BirdLife International. Este tipo de investigaciones se realiza cada uno o dos años para monitorear a las aves que no han sido vistas recientemente.
El estudio recopiló 42 millones de fotos, video y grabaciones de audio; de este total 33 millones provenían de la Biblioteca Macaulay. El 1.2% de las especies obtuvo la etiqueta de “perdida”; 144 especies entraron en este grupo.
La realización de este tipo de estudios permite dar seguimiento a las especies que no se habían registrado en los últimos años. Algunas especies han reaparecido desde que comenzó el estudio. Es el caso de la paloma-faisán de nuca negra de Papúa Nueva Guinea que no se había documentado en más de un siglo.
Actualmente la lista de aves perdidas se mantiene en 126 especies. La mayoría de ellas se encuentra en peligro de extinción.
“Una vez identificadas las especies ausentes, podemos buscarlas y ver si necesitan algún tipo de protección. Este método ayuda a identificar prioridades de investigación para una posible acción de conservación”, explica Eliot Miller, quien participó en el estudio cuando era investigador postdoctoral en el Laboratorio de Cornell.
La mayoría de las especies de las que no se tiene registro en la última década son originarias de Asia, África y las islas dispersas de Oceanía. En muchos casos se les considera perdidas únicamente porque sus hábitats están alejados de las poblaciones y no se han documentado desde su descubrimiento.
“Una de las cosas que aprendí al hacer esto es que muchos zarapitos y parientes del zarapito trinador probablemente se han extinto o parecen dirigirse en esa dirección”, resalta Miller. “Parece ser un grupo de pájaros que no se llevan bien con la gente”, agrega.
Algo indispensable para este proyecto es acercarse al conocimiento local y de los investigadores de la región. Esto ayuda a realizar expediciones y comprender mejor las condiciones y necesidades de las especies en riesgo.
Este tipo de conocimiento es indispensable en la búsqueda de especies como la codorniz del Himalaya, el chotacabras de Prigogine, el mensajero de Jerdon y el tejedor de Bates en Camerún, por citar algunos ejemplos.
“Los próximos años y décadas serán críticos si estas aves van a persistir”, resalta Rutt. Para encontrar algo primero es importante reconocer que está perdido y eso es lo que hace esta iniciativa de Constable Foundation y American Bird Conservancy.