Vibraciones en las estrellas, una nueva manera de calcular la edad de la Vía Láctea Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
9 diciembre, 2019
La edad de nuestra propia galaxia es aún una incógnita para los astrónomos. La Vía Láctea, al igual que otras galaxias espirales, se compone de 2 grandes estructuras: el disco grueso y el disco delgado. Por su composición e hinchazón se cree que el disco grueso es el más antiguo de los dos.
Las observaciones astronómicas y los modelos sobre la creación de la galaxia habían mostrado previamente diferencias en cuanto al cálculo de la edad en nuestra galaxia. Un equipo internacional de 38 científicos utilizó un método distinto para calcular su edad. Se usaron datos tomados del telescopio espacial Kepler que para este momento ya está fuera de funciones. Además de encontrar exoplanetas, recopiló datos útiles para estudiar la edad de la galaxia.
Un cazador de planetas capaz de calcular edades
El objetivo principal de la sonda Kepler era encontrar exoplanetas, esto es, planetas que orbitan alrededor de otras estrellas fuera de nuestro sistema solar. Para cumplir con su misión, Kepler registró el brillo de las estrellas. Al igual que el actual Satélite de Investigación de Exoplanetas en Tránsito (TESS), Kepler medía la luz estelar para reconocer variaciones.
Para percibir el tránsito de un exoplaneta, Kepler percibía el brillo de las estrellas. Cuando este disminuía por un periodo pequeño había un indicio de que ahí estaba pasando un planeta. Entre la información que recopiló Kepler hay muchos momentos en que aparecieron vibraciones y este fue el detalle que ayudó al equipo internacional de investigadores a realizar sus cálculos.
El director de la investigación fue el Doctor Sanjib Sharma del Centro de Excelencia para la Astrofísica de Todo el Cielo en 3 Dimensiones (ASTRO-3D, por sus siglas en inglés). “Esta búsqueda aclaró un misterio… Información previa sobre las estrellas distribuidas en el disco no coincidían con los modelos construidos para describirlo, pero nadie sabía dónde estaba el error —in los datos o en el modelo. Ahora estamos seguros de que lo encontramos”, afirmó el Doctor Sharma.
El método que usaron Sharma y sus colaboradores se llama astrosismología. Este método permite conocer la estructura interna de las estrellas a partir de la medición de las oscilaciones en los temblores estelares. “Los temblores generan ondas de sonido dentro de las estrellas que las hacen timbrar, o vibrar”, explicó el Profesor Dennis Stello, también del ASTRO-3D, y coautor del estudio.
El análisis de las vibraciones permitió a los investigadores conocer distintos detalles sobre las estrellas del disco grueso. Gracias a que Kepler realizó varias sesiones de observación en periodos de 80 días se tenían grandes cantidades de datos. “Las exquisitas mediciones de brillo hechas por Kepler fueron ideales. El telescopio era muy sensitivo y era capaz de detectar la sombra sobre el faro de un auto provocada por una mosca caminando sobre él”, comentó el Doctor Sharma.
La edad que el equipo de Sharma calculó para el disco grueso, y con él la vía Láctea, es de 10 mil millones de años. En estudio participaron, principalmente universidades australianas como Universidad Macquier, Universidad Nacional Australiana, Universidad del Nuevo Gales del Sur y la Universidad del Oeste de Australia, además de instituciones estadounidenses, alemanas, australianas, italianas, danesas, eslovenas y suizas. La siguiente etapa para este grupo de investigadores consistirá en comparar los datos de Kepler con los de TESS, que aún sigue buscando exoplanetas en el espacio y posiblemente ofrezca más pistas para calcular la edad de la Vía Láctea.