La corteza terrestre “gotea” debajo de la Placa de Anatolia en Turquía Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
19 septiembre, 2024
La cuenca de Konya en Turquía ha cambiado continuamente de forma durante millones de años, de acuerdo con un análisis hecho por científicos de la Universidad de Toronto. Esto los llevó a hacer simulaciones experimentales.
Esto llevó al descubrimiento de una nueva clase de placa tectónica. El hallazgo podría tener implicaciones en planetas con una dinámica tectónica diferente a la de la Tierra como Marte o Venus.
Un “goteo” bajo Turquía
El estudio titulado “Multistage lithospheric drips control active basin formation within an uplifting orogenic plateau” se publicó en la revista científica Nature Communications. En él se muestra que la región de la cuenca de Konya se hunde a causa de un “goteo litoesférico multietapa”.
Esto ocurre porque el material rocoso de la corteza es inestable. Al combinarse con el manto crea una estructura inestable. Los fragmentos de roca densa bajo la superficie se desprenden para hundirse sobre el manto.
Para realizar el estudio se recurrió a datos satelitales. Julia Andersen del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Toronto, menciona que esto les permitió reconocer una característica circular en la Cuenca de Konya.
“Esto nos llevó a mirar otros datos geofísicos bajo la superficie donde vimos una anomalía sísmica en el manto superior y una corteza engrosada, diciéndonos que hay material de alta densidad allí e indicando un probable goteo litoesférico del manto”, explica en un comunicado Andersen, quien es candidata a doctorado.
En estudios anteriores se encontró que la Meseta Central de Anatolia se ha elevado cuando mucho un kilómetro durante los últimos 10 millones de años. Esto debido al fenómeno del goteo litosférico.
“Cuando la litosfera se espesó y goteó debajo de la región, formó una cuenca en la superficie que más tarde se levantó cuando el peso debajo se rompió y se hundió en las profundidades más hondas del manto”, menciona Russell Pysklywec. Él participó en el estudio y es profesor en el Departamento de Ciencias de la Tierra.
Pysklywec explica que el evento tectónico no es único. El goteo inicial pudo generar otros eventos secundarios que ocurrieron después en otras partes de la región. Esto permitió un hundimiento dentro de la meseta de Türkiye que es continuamente ascendente.
De acuerdo con Andersen, ambos eventos están relacionados. “Esencialmente, el hundimiento está ocurriendo junto con la elevación en curso de la meseta”, señala.
El equipo de investigadores recreó el proceso de goteo en experimentos de laboratorio. Posteriormente las observaciones se analizaron. Un punto importante era comprender el proceso a partir de las mediciones que se tienen.
Se llenó un tanque de plexiglás con polidimetilsiloxano (PDMS) que emuló al manto terrestre. Posteriormente se añadió una mezcla de PDMS y arcillas para representar la sección más sólida del manto. Para imitar el comportamiento de la corteza terrestre se cubrió con una capa arenosa hecha con esferas de cerámica y sílice.
Los investigadores comenzaron la simulación insertando una semilla de alta densidad entre ambas capas. Posteriormente la gravedad la arrastró hacia abajo. Sobre la mezcla se colocaron cámaras para observar los cambios. Cada minuto se capturaba una imagen de alta resolución.
El primer goteo apareció después de 10 horas, se le llamó “goteo primario”. Cuando este llegó al fondo de la caja donde se colocaron los materiales apareció el segundo goteo, para ese momento habían pasado 50 horas. Así lo narra Andersen.
“Tanto el goteo primario y secundario no estaban causando ninguna deformación horizontal en nuestra corteza artificial, que esperamos se asocia típicamente con un manto litoesférica goteo”, explica Andersen.
Los investigadores querían saber si la superficie se vería afectada por el segundo goteo. No hubo movimientos horizontales en la superficie de la corteza pero comenzó a formarse una cuenca cuando bajó la corteza.
Andersen menciona que los experimentos mostraron una relación entre los dos eventos tectónicos. Un goteo litosférico sería capaz de desencadenar una serie de actividades adicionales en el interior de la Tierra.
Una investigación anterior sugiere un comportamiento similar en la cuenca Arizaro en los Andes sudamericanos. Lo que indica que este fenómeno puede ocurrir en otras partes del planeta y ocurre en regiones de meseta montañosa.