Los mosquitos perciben nuestra temperatura desde el infrarrojo Copiar al portapapeles
POR: Luis Moctezuma
23 agosto, 2024
Los piquetes de mosquito son algo común. La mayoría de ellos son inofensivos pero en el caso de algunas especies, transportan enfermedades mortales.
Un estudio publicado recientemente por la revista científica Nature estudió a una especie de mosquito que transmite enfermedades. Encontraron una habilidad que había pasado desapercibida hasta ahora en estos insectos: sensibilidad infrarroja.
Mosquitos que rastrean nuestra temperatura
Algunas especies de mosquito son conocidas por transmitir enfermedades peligrosas para el ser humano. Una de ellas es Anopheles gambiae, que transmite la Malaria. Cada año esta enfermedad cobra la vida de 400,000 personas en promedio, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Otro caso es el de Aedes aegypti, que transmite dengue, zika y fiebre amarilla. Cada año se reportan alrededor de 100,000,000 casos de estas enfermedades. Esta fue la especie de mosquito que se utilizó para el estudio.
Un detalle importante con los mosquitos es que no todos consumen sangre. Los machos son inofensivos para los seres humanos. Por otro lado, las hembras la usan para el desarrollo de sus huevos.
El estudio de los mosquitos lleva casi un siglo. En ese proceso se han descubierto distintas características que les permiten encontrar a sus presas. Un nuevo hallazgo se suma a lo que conocemos hasta ahora sobre las habilidades de los mosquitos.
Un equipo de investigadores de la Universidad de California en Santa Barbara (UCSB) exploró su habilidad de detección mediante el infrarrojo. Junto con otras características como el olor humano y el dióxido de carbono, la sensibilidad al infrarrojo hace que los mosquitos encuentren la piel humana.
“El mosquito que estudiamos, Aedes aegypti, es excepcionalmente hábil en encontrar huéspedes humanos”, comenta Nicolas DeBeaubien del Departamento de Desarrollo Biológico, Molecular y Celular de la UCSB. Él es investigador postdoctoral, profesor en el Laboratorio Craig Montell’s y participó en el estudio.
Se sabe desde hace tiempo que los mosquitos Aedes aegypti tienen varios recursos para encontrar huéspedes humanos. “Estos incluyen el CO2 de nuestra respiración exhalada, olores, visión, [convección] calor de nuestra piel y humedad de nuestros cuerpos”, explica en un comunicado Avinash Chandel, quien forma parte del grupo Montell’s en UCSB y participó en el estudio.
“Sin embargo, cada una de estas pistas tiene limitaciones”, agrega Chandel. Entre ellas se encuentra su visión restringida, que los movimientos humanos rápidos pueden cambiar el sentido de las señales químicas o la fuerza del viento. Aún así, son hábiles encontrando la piel humana.
De acuerdo con el estudio, los mosquitos pueden reconocer el calor que emana de nuestra piel a 10 cm de distancia. Además, una vez que están sobre ella la reconocen directamente. Aquí se reconocen tres tipos de transferencia de calor: convección, transporte de un medio (el aire en este caso) y por contacto directo.
La energía que produce el calor viaja a distancias más largas cuando se transforma en ondas electromagnéticas, algo que pasa en el rango infrarrojo del espectro. El infrarrojo calienta lo que toca.
En otros animales se conoce la habilidad para detectar este calor desde el infrarrojo. Es el caso de las víboras de pozo. Los investigadores sospecharon que pasaría algo similar con los mosquitos Aedes aegypti.
Los investigadores colocaron mosquitos hembra dentro de una jaula. Ahí midieron su actividad en busca de huéspedes en dos zonas. Cada zona contaba con olor humano y niveles de dióxido de carbono en concentraciones equivalentes a nuestra exhalación.
Únicamente una de esas zonas estuvo expuesta a luz infrarroja con una temperatura similar a la de la piel humana. La barrera de la jaula evitaba que el calor llegara a través de la conducción o la convección.
Los investigadores midieron la cantidad de mosquitos que se acercaban a las fuentes en busca de una vena. En la fuente que se mantenía a 34 grados Celsius (similar a la piel humana) se duplicó la actividad de mosquitos en búsqueda de huéspedes.
Además, los investigadores reconocieron que este medio para rastrear piel humana es efectivo a una distancia de 70 centímetros. “Lo que más me impresionó de este trabajo fue la fuerza que logró adquirir una señal infrarroja”, menciona DeBeaubien.
Los investigadores aclaran que la temperatura a través del infrarrojo por sí sola no es suficiente para que el mosquito encuentre a un huésped humano. Es necesario que se combine con otros factores como el dióxido de carbono y nuestro olor.